En Puerto Aysén y Coyhaique el Dr. Humberto González de la Universidad Austral de Chile entregó detalles de la COP25, la que considera como una posibilidad real y concreta de poner en valor la necesidad de cambios profundos en nuestros modelos de vida.
El científico que lidera la mesa de trabajo Antártica–Criósfera de la Conferencia de las Partes (COP25), el Dr. en Oceanografía Humberto González, expuso durante dos jornadas a estudiantes y adultos de Aysén y Coyhaique diferentes aspectos del cambio climático junto con el significado que tiene para Chile esta cumbre internacional.
El académico de la Universidad Austral de Chile presentó el trabajo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) en los sistemas de fiordos y canales de la península Antártica.
En el estudio se demuestran las consecuencias del cambio climático en una zona particularmente sensible a pequeños cambios promedios de temperatura. Los resultados han mostrado un incremento en -3ºC en los últimos 50 años, un cambio de temperatura que resulta ser 10 veces más rápido que el resto del mundo y cuyos efectos son rastreables en los recursos marinos. Uno de ellos es la disminución del fitoplancton, microorganismos capaces de hacer fotosíntesis, que se sitúan en la base de estas tramas tróficas para proyectarse luego hasta los peces, incluso mamíferos y aves.
Como expuso Humberto González, estas señales se suman al fenómeno de acidificación del océano, que exige mayor rapidez en la adaptación de los organismos. “Muchos de los recursos tienen algún tipo de estructura de esqueleto calcáreo que frente a condiciones de acidificación, no sabemos cuál será su respuesta. Si tú pones un poco de ácido frente a un organismo calcáreo se disuelve, los organismos tienen tiempo para reaccionar, pero las cosas están ocurriendo muy rápido”, señala.
“La actividad económica y el éxito de las empresas depende de un mundo y un ecosistema limpio, sano y eso es por lo que tenemos que luchar todos. (…) En general el mundo público y privado tiene que entender que toda la actividad económica son más fáciles de llevar a cabo en un planeta saludable”, declara el Dr. Humberto González.
El académico fue claro en plantear que las situaciones de cambio climático las enfrentamos día a día, por ejemplo, en los derretimientos de los glaciares, la acidificación de los océanos, la megasequía –que lleva más de una década– o la pérdida acelerada de biodiversidad. “No solo el mundo científico y la academia perciben estos temas con gran preocupación, sino es interés de la ciudadanía en general”, dijo el experto.
Sobre la COP25 expresó que los científicos son responsables de proporcionar datos concretos para que sirvan a los tomadores de decisión, sin embargo, es necesario que se asuman compromisos y se haga el esfuerzo para lograr las metas, por ejemplo, mitigar el aumento de temperatura a nivel mundial, sin que supere los 1,5 grados Celsius.
En este sentido destacó que la instancia internacional, a realizarse este año en el país, es una gran posibilidad para que los científicos y ciudadanos del planeta se unan. “El mundo científico tiene que poner datos duros sobre la mesa para demostrar y entregar insumos a los políticos, negociadores, a quienes toman las decisiones en torno a compromisos como, por ejemplo, aumentar en 1,5 grados Celsius cómo máximo. Se requiere mucho esfuerzo del mundo público y privado, pero esto tiene compensaciones, pues ellos van a desarrollar de mejor forma su empresa y los ciudadanos vivirán en un mundo más limpio”.
En el caso de nuestro país –añadió– existe una interesante y audaz hoja de ruta con muchos compromisos, “pero es necesario continuar con la etapa de implementación. Ahora hay que hacer efectivos todos esos compromisos”, concluyó.
En el Centro Cultural de Coyhaique, en la presentación de cierre de sus actividades en la zona austral, el Dr. en Oceanografía reafirmó la posibilidad real y concreta de que la COP 25 permita poner en valor la necesidad de cambios profundos en nuestros modelos de vida. “Yo creo que el principal mensaje es que la actividad económica y el éxito de las empresas depende de un mundo y un ecosistema limpio, sano y eso es por lo que tenemos que luchar todos. Tenemos problemas que vemos todos y que se están haciendo cada vez más complejos, como los plásticos, la acidificación del océano, el incremento de las temperaturas. En general el mundo público y privado tiene que entender que toda la actividad económica son más fáciles de llevar a cabo en un planeta saludable”, sentenció.
