Con frecuencia, descubrimientos potencialmente muy relevantes para la humanidad, surgen de investigaciones que son triviales en apariencia
Por Dr. Juan Carlos Ramírez Flores
Hace pocos días, nuestro país conoció la noticia del premio Ig Nobel 2015 (también conocido como Anti Nobel) recibido por un equipo de científicos chilenos. Este reconocimiento les fue otorgado por determinar que al agregarle una cola artificial a una gallina (más concretamente un palo), podía obtenerse un modelo viviente de cómo se desplazaban ciertas especies de dinosaurios.
Aunque poco conocidos, e incluso denostados, los Ig Nobel son un tópico relevante en mis clases de método científico, ya que detrás de su aparente trivialidad, las investigaciones que resultan premiadas concuerdan cabalmente con la etimología de la palabra “ciencia”: conocimiento (del latín “scientia”).
Con frecuencia todo aquello que sea “anti”, es decir, aquello que sale o va definitivamente en contra de los parámetros considerados “normales”, suele ser menospreciado. Sin embargo, al tomar en cuenta que el rol primordial del científico es crear y difundir el conocimiento, ¿qué razón de fondo existe para que investigaciones que primero nos resultan cómicas, no puedan ser tan relevantes para la humanidad como la más seria investigación financiada por prestigiosas agencias científicas?.
Si bien el galardón es considerado por sus propios organizadores como una parodia de los “serios” premios Nobel, suele ignorarse el hecho que el Ig Nobel premia investigaciones formales, llevadas a cabo por personas que han presentado o publicado sus resultados en instancias científicas establecidas, y cumpliendo con todo aquello que define a una investigación “seria”, tal como el planteamiento de una problemática, de una hipótesis, una metodología y sus correspondientes resultados y análisis.
¿Qué tan irrelevante puede ser caracterizar la física que rige el proceso de caída de una persona al pisar una cáscara de plátano?. Tal investigación fue premiada con el Ig Nobel hace algunos años, y si bien puede resultarnos cómica o ridícula por su aparente trivialidad, ¿no podrían sus hallazgos acaso llevarnos en el futuro a por ejemplo mejorar la tecnología de calzado o mobiliario antideslizante?. Ello sin duda permitiría reducir la tasa de accidentes por caídas o aplastamientos, e incluso podría contribuir a la tecnología espacial, pues el asunto del anclaje y deslizamiento de objetos resulta crítico en este ambiente.
¡Viva toda la ciencia “anti”!, no nos centremos en continuar investigando sobre los mismos temas, que muchas veces llevan a conclusiones repetitivas, con un dudoso aporte real a la sociedad. Si resulta confuso, podemos reemplazar “anti” por “innovación”, algo que seguramente resultará más familiar al lector, pues es un tópico de moda en nuestra cada vez más competitiva sociedad.
Y en este punto, ya que el tópico central es la innovación, postulo la siguiente idea para los próximos Ig Nobel: la creación de un sistema de “Anti áreas silvestres”: lugares donde se preserve la contaminación y degradación que el ser humano ha realizado en el planeta. Fundarlo no sería tan difícil, pues lugares representativos para establecer reservas de la “anti biodiversidad” o la “anti sustentabilidad” hay de sobra en el mundo. ¿Una idea ridícula?, tal vez no: si las nuevas generaciones visitaran con frecuencia tales lugares, puede que tomen finalmente conciencia del gran problema ecológico mundial en el que nos encontramos, y hagan algo para tratar de revertirlo. Y en el peor de los casos, tal vez les sirva a los jóvenes para acostumbrarse a aquello que inevitablemente los rodeará en el futuro…mis felicitaciones y admiración a los científicos premiados.
El Dr. Juan Carlos Ramírez F. es Ingeniero Forestal (Universidad Austral de Chile), Magíster en Ciencias Mención Silvicultura (Universidad Austral de Chile) y Doctor en Recursos Naturales (Universidad de Hannover, Alemania). En la actualidad es docente del Departamento de Ciencias Químicas y Recursos Naturales y del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera.
