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Metodologías lúdicas para incentivar la curiosidad y el aprendizaje

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  • 9 Febrero, 2020

El PAR Explora Antofagasta desarrolla el Programa de Indagación para Primeras Edades (PIPE), que busca acercar la ciencia a la educación inicial, considerando que los más pequeños despiertan su curiosidad y asombro por el mundo que les rodea a edades tempranas.

“¿Por qué el sol da calor?”, “¿por qué las mañanas de nuestra localidad son frías, si aquí siempre hay sol?”, “¿por qué inventaron las vacunas?”, “¿por qué el cuerpo se enferma?”, son algunas de las tantas preguntas que hacen niños y niñas de la Escuela Caracoles G-101 de Sierra Gorda. Así, lo manifiesta la educadora de párvulos, Alejandra Aguilera, respecto a la responsabilidad de dar respuestas a las interrogantes de modo que pequeños y pequeñas “no pierdan esa curiosidad innata por aprender”.

“Preguntar por qué suceden diferentes cosas o por qué funcionan de cierta manera es algo innato en los niños y las niñas. Es por eso necesario darles respuestas a sus preguntas, y también es importante enseñarles que los adultos no siempre tenemos respuestas, pero que juntos podemos buscar la solución a diferentes problemáticas que se presentan durante su crecimiento y también nuestro crecimiento personal como adultos”, reflexiona la profesional.

En ese contexto, la etapa preescolar es fundamental para el desarrollo de las personas, ya que en ella se establecen los primeros aprendizajes. Por ello, el PAR Explora Antofagasta, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ejecutado por la Universidad Católica del Norte (UCN), desarrolla el Programa de Indagación para Primeras Edades (PIPE), el cual busca acercar la ciencia a la educación inicial, vinculándola a las nuevas bases curriculares, considerando que niños y niñas despiertan su curiosidad y asombro por el mundo que les rodea a edades tempranas.

METODOLOGÍAS LÚDICAS

La educadora de párvulos de la Escuela Caracoles G-101 de Sierra Gorda comenta que las metodologías lúdicas influyen de manera positiva en los niños y niñas, debido a que la mejor manera de aprender para ellos es el juego. “El juego implica abrir la curiosidad en experiencias conocidas o nuevas. Lo interesante de utilizar metodologías lúdicas, es que se le pueden enseñar cosas a los niños y niñas que van a quedar para siempre en sus recuerdos, ayudándolos no sólo en el área científica, sino que también en comprensión lectora y matemáticas”, enfatiza Aguilera.

La directora del PAR Explora Antofagasta, Olga Hernández, señala que los estudios científicos y la experiencia en el aula con niños y niñas de primera infancia, avalan que el aprendizaje basado en el juego permite que los estudiantes se encanten por aprender. “Los niños están hechos para jugar, por lo tanto, si abordas el proceso de aprendizaje con el juego, los niños y las niñas se encantan y disfrutan y, a partir del disfrute, ellos y ellas van aprendiendo”.

CIENCIA Y NUEVAS BASES CURRICULARES

Hernández reflexiona que cuando se habla de ciencia muchos piensan que se trata de algo que solo realizan personas vestidas de blanco en un laboratorio, pero aclara: “nosotros podemos hacer ciencia en una banca o en el pasto y estamos trabajando modelos y teorías (…) Hay que entender que la ciencia se pone al servicio del conocimiento en general”, puntualiza.

Respecto a la vinculación con las nuevas bases curriculares, desde su rol de docente en ciencias, la directora del PAR Explora Antofagasta expresa que la educación tradicional tiene una articulación directa con la ciencia. “Los niños y las niñas de alguna u otra forma declaran que puede o que va ocurrir algo, y eso significa el levantamiento de hipótesis. Y a partir de la experimentación, ellos pueden validar o refutar una hipótesis. En todo ámbito de cosas nosotros podemos hacer eso, es decir, trabajar con el método científico de manera transversal”, subraya Hernández.

Por último, agrega que “PIPE considera a la educación científica a temprana edad como una herramienta fundamental para generar cultura científica en niñas y niños. En este caso va focalizada en educación parvularia, entre los cuatro y cinco años. Este año (2020) se va a trabajar en base a una modalidad de piloto, con dos áreas de trabajo o módulos. Los beneficios son que los niños y las niñas van a trabajar bajo un modelo indagatorio, el que permite a las educadoras de párvulo poder trabajar con los distintos ritmos de aprendizaje de los pequeños. Entonces, eso va a generar un aprendizaje significativo, siempre acompañado del juego, la exploración y la curiosidad”.

*Fotografías de actividad Norte Fest +Ciencia +Tecnología.

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