Home / Antofagasta / Noticias
“Acá uno puede ver solamente cerros o piedras, pero detrás de ellos hay una historia, por ejemplo, los fósiles, que tienen millones de años”, así describe la expedición en la Quebrada El Way (comuna de Antofagasta) la estudiante del Liceo Domingo Latrille de Tocopilla, Judith Muñoz. Junto a sus compañeros y compañeras, exploraron los laboratorios naturales que ofrece la localidad en la actividad regional Astrogeo, organizada por PAR Explora de CONICYT Región de Antofagasta, ejecutado por la Universidad Católica del Norte (UCN). Esta instancia permitió que más de 300 estudiantes conocieran acerca de las maravillas del universo y de las historias milenarias que cuentan las rocas.
Judith llegó a la Quebrada El Way con ganas de explorar y aprender más acerca de su territorio, observando el color de las rocas, la tierra de tonalidad marrón y el cielo azul en medio de las altas temperaturas del desierto. “Esta expedición fue bacán porque aprendimos a identificar ciertos materiales y fósiles”, agrega la estudiante de Tocopilla, quien junto a estudiantes de su establecimiento educacional y también de la Escuela María Angélica Elizondo de Mejillones, previamente visitaron y exploraron la costa de Playa Amarilla, en el sector sur de Antofagasta.
EXPLORACIONES EN TIERRA Y CIELO
A Orillas del Océano Pacífico, los estudiantes de ambos establecimientos educacionales tuvieron la posibilidad de identificar los distintos tipos de sedimentos que se encuentran en la arena, además de conocer la evolución del borde costero a través de los años. Mientras que, en la Quebrada El Way, pudieron realizar la búsqueda de fósiles y aprender a observar las historias milenarias que hay detrás de las rocas.
En la localidad de Baquedano (comuna de Sierra Gorda), se congregaron estudiantes de la Escuela Básica G-130 Estación Baquedano, del Instituto Obispo Silva Lezaeta de Calama y de la Escuela Caracoles G-101 de Sierra Gorda, para aprender sobre a astronomía.
La estudiante de la Escuela Caracoles G-101 de Sierra Gorda, Valentina Muñoz, se acercó emocionada al telescopio con filtros especiales para observar el sol, aprovechando el cielo que se encontraba completamente despejado. Guiada por el equipo del Insituto de Astronomía de la UCN, acercó su ojo al visor y por unos minutos exploró al astro rey.
Las actividades prácticas que se desarrollaron se dividieron en tres estaciones. Una de ellas fue la observación de la estrella más cercana al planeta Tierra. Mientras cada uno de los niños, niñas y jóvenes observaban a través del telescopio con filtros especiales, aprendían acerca de las características del sol y su importancia en la vida diaria, gracias al conocimiento transmitido por los expertos.
Otra estación correspondió a la exploración de la luna y sus características, así como indagar en los estudios que se han realizado a este satélite natural y describir cómo sería vivir ahí. “Lo que más me llamó la atención fue lo que nos enseñaron acerca de la luna, porque no sabía el nombre de algunos de sus cráteres ni cómo sería estar ahí, en ella”, afirma Brandon Lazos, estudiante de la Escuela G-130 Estación Baquedano.
EL TERRITORIO COMO LABORATORIO NATURAL
En la última estación, los estudiantes exploraron las cualidades del sistema solar y estudiaron las características de los variados planetas que lo constituyen. “La actividad fue súper entretenida, porque pudimos hablar con un astrónomo de la UCN, que fue bastante amigable para la gente que estuvo acá (…) y usó un vocabulario entendible para personas con menos conocimiento en astronomía”, opina la estudiante del Instituto Obispo Silva Lezaeta de Calama, Katherine Rodríguez.
El profesor de la Escuela Caracoles G-101 de Sierra Gorda, Javier Muñoz, asegura que esta actividad regional es muy interesante, puesto que permite a los estudiantes comprender las riquezas que hay en su territorio. “Es importante que niños y niñas tengan un dominio de lo que está pasando a su alrededor, de su ambiente, que sepan las bondades que nos da la naturaleza, y que puedan explorar en las zonas donde ellos viven, a fin de saber las propiedades, las características y las ventajas que tienen al vivir en una zona tan desértica y con cielos privilegiados”, agrega el docente.
Astrogeo incluyó ciclos de charlas, talleres y expediciones guiadas por especialistas, además de conversatorios y debates en el que los estudiantes pudieron intercambiar ideas y reflexiones acerca del entorno natural en el que viven. En ese contexto, el Dr. Chong destaca la importancia de enseñar a niños y niñas sobre la riqueza científica que está presente en el habitat que los rodea, precisando que el norte del país cuenta con diversos laboratorios naturales.
“Contamos con laboratorios naturales de astronomía, arqueología, antropología, geología, el mar, las fuentes de energía natural y solar. Es un sitio privilegiado”, enfatiza el científico, quien agrega que en este contexto la biología se conjuga con las demás ciencias como la geología. “La biología es la vida del hoy y la paleontología es la vida del pasado. Y la geología incluye la paleontología”, especifica el Dr. Chong.
La integrante del Consejo de CONICYT y académica del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Antofagasta (UA), Dra. Cristina Dorador, explica que este es un territorio especial que permite que se conjuguen la astronomía, la geología y la biología. “La Región de Antofagasta es privilegiada al contar con cielos despejados y condiciones atmosféricas particulares para la observación astronómica. Del mismo modo, posee una alta variedad de minerales y una historia geológica única que se manifiesta en paisajes sobrecogedores. Los organismos que habitan esta zona poseen adaptaciones específicas para vivir bajo estas condiciones. Desde nuestra región observamos el universo hacia arriba, el universo mineral y microbiano hacia abajo y, en conjunto, cohabitan humanos y otras especies. Este es un territorio especial para investigar astrobiología, que conjuga las tres áreas”, comenta.
Respecto a la importancia de que la Región de Antofagasta cuente con diversos laboratorios naturales y que niños, niñas y jóvenes puedan acceder a ellos para su exploración, la científica enfatiza que es fundamental que los habitantes de esta “región privilegiada naturalmente” conozcan más “sobre lo que es vivir aquí”. Agrega que “la experiencia en terreno otorga un aprendizaje vívido que va más allá de adquirir conocimiento científico. Es una oportunidad para conectarnos con la historia, el pasado y presente de los habitantes del desierto de Atacama. Estas experiencias son multiplicadoras en niños, niñas y jóvenes, despertando la curiosidad por la investigación”.
ETIQUETAS:
COMPARTE:
Sorry. No data so far.
MÁS NOTICIAS REGIONALES