La tumba de Tutankamón fue descubierta en noviembre de 1922, por Howard Carter. A partir de sucesivos estudios en torno a sus restos, se llegó a determinar que el joven faraón presentaba numerosos problemas de salud. Esto se debió, principalmente, al hecho de que los padres de esta figura eran hermanos, en un contexto histórico en el que las relaciones incestuosas en las castas reales eran muy comunes. Los tutmósida, la familia de Tutankamón, presentaba un altísimo nivel de consanguinidad y varios problemas médicos, como epilepsia y síndrome de Marfan. Se ha demostrado que el rey tenía la enfermedad de Köhler, que es una necrosis del hueso escafoide del pie por falta de riego sanguíneo. Además, padecía una desviación de la columna y su momia presentaba infección de la más virulenta de las malarias.
Fuente: El País
