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Cuando hablamos, el aire viaja desde los pulmones, a través de la laringe y golpea la parte inferior, haciendo vibrar las cuerdas vocales. La vibración de las cuerdas, altera las moléculas de aire del tracto vocal, generando frecuencias resonantes. La vibración de las cuerdas influye en el tono y la manipulación del tracto vocal permite hacer distintos sonidos. Al inhalar helio, cambia el timbre de voz, porque sus moléculas son más ligeras que el aire y permiten que el sonido viaje más rápido y cambie la resonancia.
Fuente: Frontera
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