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Javiera Vegas, actriz: “A veces la ciencia puede tener el dato más duro, pero hay miles de formas de hablar de lo mismo, y el arte es una”

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  • 23 Octubre, 2021

La actriz es parte de la compañía de teatro La Colectiva, que en el marco del Festival de las Ciencias 2021, dirigió la obra “Animales de luz. Rescatando los secretos del Olivar”.

Detrás de toda obra, siempre está la mente, el corazón, pero por sobre todo, la intención de un/a artista. A través de letras, sonidos, imágenes, colores, etc., vemos un mundo nuevo que emerge de otro mundo y que es completado por nuestros sentidos para provocarnos, remecernos y sentir algo que antes no existía en nosotros.  ¿Y puede que a través de este cúmulo de sensaciones, también nos llevemos a la morada de nuestra memoria un cúmulo de nuevos aprendizajes o un mensaje que resuene y nos cambie la forma de percibir el ambiente que nos rodea?

Para desentrañar esta respuesta, los invitamos a conocer a Javiera Vegas Sepúlveda, actriz y directora de la compañía de teatro La Colectiva, y que en el marco del Festival de las Ciencias, FECI 2021, que está desarrollando el Proyecto Explora Coquimbo, dirigió la obra “Animales de luz. Rescatando los secretos del Olivar”, la cual fue cocreada junto al Museo Arqueológico de la Serena y Explora Coquimbo.

Javiera egresó de la carrera de teatro en 2011, comenzó trabajando en el área de producción teatral, y luego, se dedicó por algunos años al teatro infantil, que busca estimular sensorialmente a niños y niñas. Desde allí también ha ejercido la docencia, y desde hace 3 años atrás, comenzó a escribir obras dramáticas.

¿Cómo llega la compañía que diriges a escribir y montar la obra, Animales de luz?

La iniciativa partió por el FECI que nos invita nuevamente a ser parte con una obra de teatro. Ellos nos indican que les gustaría tratar el tema de los diaguitas y del sitio El Olivar para dar a conocer estos temas, que si bien son regionales muchas veces se van perdiendo. Desde esta premisa empezamos a leer, investigar y empezamos a vincular la temática diaguita, cómo vivían en el valle de Elqui y su relación con los cielos limpios, y cómo se vinculaban con la oscuridad, con la noche, con las constelaciones y cómo entendían la vida a través de eso. Desde allí empezamos a hacer el link con la obra que trata sobre la contaminación lumínica que existe hoy, que nos impide ver el cielo como lo veían los diaguitas, lo cual nos impide conectarnos con lo ancestral, con lo elemental.

¿Resulta complejo integrar un mensaje educativo y/o ecológico a una obra de expresión escénica?

No. Yo creo que lo complejo es intentar no caer sólo en el discurso o dejar el mensaje pedagógico muy explícito sin entender que el público que está viendo, ya sean niños, jóvenes o adultos, puedan terminar el mensaje por ellos mismos y no estar esperando que me lo digan todo en la obra. Suele pasar un poco cuando se hace teatro familiar que muchas veces se subestiman las capacidades de las audiencias de comprender los mensajes sin necesariamente estar diciéndolos textualmente.

¿Y cuál es el mensaje que busca entregar Animales de luz?

Tiene que ver un poco con el respeto al medio ambiente y entender que la contaminación no es netamente el plástico, lo que estamos comprando o tirar basura a la calle, sino también algo tan simple como estar sobrepoblados de luces, las que dañan a la naturaleza, animales y plantas, pues la ausencia de oscuridad desorienta a los animales, por ejemplo. El mensaje no es un llamado a apagar las luces, sino a ser conscientes del uso, es una invitación a reflexionar, pues ¿resulta necesario tanto cartel publicitario?, ¿es necesario tener todas las luces encendidas? Y de esta necesidad parte el aprender de lo ancestral para ser respetuosos mañana.

Y qué te parece que el conocimiento, la historia y la ciencia lleguen a las personas a través del arte.

Maravilloso. Yo siento que el arte es un canal que sirve para potenciar todas las áreas, es otra forma de mostrar lo mismo, y en el caso de la ciencia, de hablar desde otra mirada, desde otra sensibilidad. A veces la ciencia puede tener el dato más duro, pero hay miles de formas de hablar de lo mismo, y el arte es una. Me acuerdo que en el festival del año pasado había un chico que cocinaba, y ahí uno ve otra forma de hablar de los mismos temas, y nos damos cuenta de que la ciencia es más cotidiana de lo que pensamos y que está en todas las áreas: en la danza, el teatro, en la cocina, etc. Para nosotros es muy alentador que se nos considere como una de las formas de poder narrar y aportar a las ciencias.

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