Home / Coquimbo / Noticias

Columna de opinión : ¿Continúa la sequía?, Análisis del impacto de las últimas precipitaciones en la Región de Coquimbo

BeFunky-design
  • 26 Julio, 2022

Por:

Pablo Álvarez Latorre

Director Laboratorio PROMMRA ULS 

y Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko.

El último evento de precipitaciones registrado en la Región de Coquimbo no pasó desapercibido; y es que no solo trajo consigo esperanza en medio de la aguda crisis hídrica que hoy golpea a los territorios, sino que también aleja, temporalmente, el posible racionamiento de agua en zonas urbanas, que comenzaba a levantarse como una posibilidad a principios de este año 2022.

Pero, realmente, ¿de qué manera las últimas precipitaciones impactan en el sistema hídrico regional? ¿Cuál fue el aporte al volumen de los embalses? ¿Cuál es el camino que debemos seguir para apuntar a una correcta gestión del recurso hídrico en la región?

 En cuanto a las precipitaciones, de acuerdo a los datos emanados desde la Dirección General de Aguas (DGA) y procesados por el Laboratorio PROMMRA, podemos decir que en La Serena, a julio de 2022, hay 88,7 mm, superando el promedio histórico a la fecha que es 60,8 mm. Esto implica que existe un superávit de un 45,9%. Sin embargo, si uno mira el promedio anual, este es de 91 mm, y si comparamos, estamos bajo ese número, en un 2,5%; queda poco para alcanzarlo, pero aún no se llega a ese estado normal.

En el caso de la Provincia de Limarí, Ovalle presenta un superávit a la fecha de un 92,7%, y en relación al promedio anual, hay un superávit de un 26%; eso significa que en esta comuna ya ha precipitado más de lo que ocurre en un año promedio y mucho más de lo que normalmente se da hasta el mes de julio. Al situarnos en la Provincia de Choapa, se puede visualizar que todas las estaciones presentan un déficit a escala anual; por ejemplo, Illapel tiene una escasez anual de un 37% y a la fecha un 4,1%. Por su parte, Salamanca presenta un 15,7% de superávit a julio de 2022, pero tiene un 25% de déficit anual.

 El derretimiento de nieve albergada en cordillera también será fundamental, sobre todo para los volúmenes de los embalses, pues hoy en día tenemos un incremento en general bastante menor. El monto de precipitaciones no se condice con el aumento de los volúmenes embalsados. Por ejemplo, Puclaro aumenta en 2,3 Mm³, eso significa que pasa de 48,2 Mm³ a 50,5 Mm³, aproximadamente. En el caso de La Laguna, se mantiene el nivel porque está todo congelado, por lo tanto, los escurrimientos no son tan importantes. Por su parte, el Embalse La Paloma, en la Provincia de Limarí, registró un aumento de 81 Mm³ a 96 Mm³; esa agua se debe a las lluvias caídas, pero no al derretimiento de nieve, que podrá evidenciarse en la temporada primavera-verano.

Es importante aclarar que pese al alentador panorama que se puede percibir hasta el momento, desde el mundo científico llamamos a no abandonar los esfuerzos en concretar y fortalecer una correcta gestión del recurso hídrico, adaptada a la realidad de las diversas cuencas de la región, además de generar mayores espacios para la investigación y la puesta en marcha de nuevas tecnologías, pues la situación es clara: la sequía no ha terminado.

Una región que quiere desarrollarse de manera sustentable, en función del recurso hídrico, debe funcionar en base a datos y conocimiento, y la única manera es hacerlo objetivamente sobre mediciones reales de terreno.

Los datos regionales evidencian que aún falta para alcanzar las precipitaciones de un año normal, al menos en la mayoría de las comunas. Basta con fijarse que de las 10 estaciones que hemos analizado, 8 conservan aún un déficit en relación al total anual. Esto quiere decir que un 80% de ellas no han completado lo que sería lo normal de un año.

 *Los datos analizados corresponden al último evento de precipitación registrado al 17 de julio de 2022.

ETIQUETAS:

COMPARTE: