En este escenario global en que un agente biológico pone en jaque a nuestro sistema inmunitario, científico/as, médicos/as y doctores/as se han vuelto parte de la programación habitual en los medios de comunicación, escribiendo cartas, dando entrevistas o haciendo hilos en Twitter. Son expertos en ciencias o en hacer clases de ciencias, pero no son expertos en comunicar ciencia a un público distinto a sus pares.