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Tecnologías del Agua en el Mundo Andino

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  • 9 Octubre, 2014

Hoy es posible encontrarlas en localidades como Socaire, Chapiquiña, Toconce, Socoroma. Se trata de terrazas de cultivo, plataformas construidas artificialmente con muros de piedra en terrenos inclinados como la ladera de un cerro. Básicamente es la misma técnica ancestral utilizada por atacameños quechuas y aymaras para cultivar en el desierto más árido del planeta.

“Las evidencias más antiguas de estas tecnologías se encuentran en Perú y su data es de 5400 a 6700 años atrás”, relata Robert Petitpas, investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas (IICIIS), que se hizo presente en la Feria de la Tecnología, que acaba de finalizar.

El mundo andino-aimara se ha caracterizado por desarrollar eficientes tecnologías para el uso del agua combinada con técnicas agroecológicas. “Se trata de una tecnología desarrollada desde hace unos tres mil años, que hasta hoy es utilizada y que incluye un sistema de canales que permite dirigir el agua hacia las distintas terrazas; de esta forma han podido seguir usando esta zona y contar con agricultura”, indica el investigador del IICIIS, centro financiado por CONICYT donde confluyen la Universidad Católica, Diego Portales y Academia de Humanismo Cristiano.

Uno de los aspectos más sofisticados de este sistema es el trabajo de las comunidades que mantiene este sistema agrícola. “Se han organizado desde hace miles de años para la construcción y mantención de estas estructuras, así como para la distribución del agua”. Indica Peititpas.

Otro aspecto fundamental en el funcionamiento de este sistema agrícola tiene relación con las corrientes espirituales de estos pueblos. Así, tras la limpieza de canales, se realizan rituales para agradecer a la Pachamama los frutos que entregará cultivos, dado que un principio clave de los pueblos andinos es la reciprocidad que mantiene con la tierra. “Es por ello que al perderse estas prácticas no sólo se pierde el conocimiento y las estructuras mismas, sino que el contexto espiritual y social que tiene aparejado”, indica el investigador.

Hay que destacar que se trata de una tecnología que continúan vigente que no sólo permiten recuperar un terreno antes inservible, sino que poseen un sinnúmero de propiedades que solucionan varios problemas agronómicas, entre ellos la erosión”.

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