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Columna de opinión: ¿Cuándo consultar por un problema de voz?

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  • 25 Septiembre, 2019

Comienzan los Congresos y Ferias Escolares, momento en que los estudiantes deben utilizar mucho su voz, pero ¿qué pasa cuando empezamos a evidenciar fallas en esta?

Columna por: Liliana Henríquez
Fonoaudióloga
Master en Ciencia Cognitiva y Lenguaje.

La voz es una parte cotidiana de nuestra vida. La empleamos a diario con múltiples propósitos. Está tan integrada que jamás pensamos que puede alterarse (disfonía) o desaparecer (afonía). Si se afecta pensamos que será algo pasajero o sin importancia, incluso a veces pensamos que la voz ronca se escucha bien, con estilo. ¿Cuándo es necesario consultar por la voz? La disfonía, cuando se presenta sin mediar un resfrío o alteración de las vías respiratorias debiese ser en sí motivo de consulta. La disfonía de más de tres semanas de duración es considerada como crónica (*). El proceso de evaluación, diagnóstico y tratamiento debiese estar a cargo de un equipo de trabajo afín compuesto por médico ORL y fonoaudiólogo como mínimo.

Pero, en palabras simples, ¿cómo sé si tengo una disfonía? ¿cuándo debo consultar? Muchas personas piensan que no tienen una disfonía ya que su voz ha sido de esa manera toda la vida. Incluso manifiestan que esa voz es típica de su familia de origen. Podemos decir que existe una disfonía cuando hay una alteración en la voz. La voz se escucha ronca, sucia, quizá un poco grave, o quizá muy intensa (muy fuerte). A veces, los usuarios no sienten que su voz tenga nada en particular, pero sí expresan sentir c osas al usar su voz. Pueden sentir esfuerzo para hablar, para tragar, un poco de dolor en la zona del cuello, o quizá que hay algo en su garganta que no se va. Nunca debemos olvidar que la función de la voz, así como otras relacionadas tales como respirar, tragar o hablar deben llevarse a cabo sin molestias, sin esfuerzo, sin mayor consciencia (recordemos que incluso podemos hablar estando dormidos).

Podemos decir que existe una disfonía cuando hay una alteración en la voz. La voz se escucha ronca, sucia, quizá un poco grave, o quizá muy intensa

Si alguna vez sentimos que usar la voz es un esfuerzo… deberíamos consultar a un especialista. ¿Y en la práctica? ¿qué tipo de situaciones cotidianas deberían motivarnos a consultar por nuestra voz?.

1) La pérdida de funciones: el hecho de no poder usar la voz de la manera en que se solía hacer. (“me fatigo leyendo cuentos a mi hijo por las noches”; “ya no puedo cantar karaoke los sábados por la noche en mi casa con amigos”, “ya no puedo llamar a mis nietos a otra habitación”).

2) La pérdida de versatilidad en la voz: una voz sana es aquella que permite realizar sonidos variables. Sin ser grandes cantantes o artistas todos podemos en mayor o menor medida realizar sonidos agudos, sonidos graves, sonidos fuertes, sonidos débiles. Si sentimos que eso cambia o si sentimos que hemos perdido la capacidad de hacer ciertos sonidos, debemos consultar por nuestra voz.

3) En profesionales de la voz o en personas que requieren de su voz para trabajar: si se observa una alteración de la voz que obstaculiza el trabajo (“yo solía cantar mucho a mis alumnos para enseñar, pero ahora no puedo”) o una alteración de la voz por su uso (“los lunes mi voz parte bien, pero a medida que avanza la semana mi voz se afecta, pero se recupera los fines de semana”; “el sábado por la noche animé un evento y me quedé sin voz”). No se recomienda confiarse en que la voz “se recupera” con reposo. Incluso, aunque así sea, debemos poner el acento en el hecho de que al usar la voz esta se daña. Quizá necesitamos entrenamiento o técnicas para mejorar nuestro uso y resistencia de la voz.

Cuidemos nuestra voz porque es nuestro instrumento de comunicación y debemos permitir que nos acompañe a lo largo de la vida. Nunca es tarde para comenzar a hacerse preguntas e indagar respecto de nuestra salud vocal.

* Guía clínica para el abordaje de la disfonía crónica en Medicina Primaria y Medicina del Trabajo. Instituto Nacional
de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo. Madrid, 2017

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