Los bosques de algas son uno de los ecosistemas más ricos del planeta: hábitat de millones de organismos marinos, que se encargan de producir los procesos ecológicos necesarios para el buen funcionamiento de los océanos. Hoy, sin embargo, la influencia humana ha contribuido a su degradación, y por ello corren el peligro de desaparecer. Es precisamente la importancia de su conservación la que busca transmitir el libro Alicia y el bosque de algas, de los autores Luz Valeria Oppliger, Christophe Destombe, Myriam Valero y Valérie Valéro, cuya edición al español será publicada la próxima semana por Orjikh Editores.
Lanzado en abril de 2018 por la editorial francesa Locus Solus, el libro ha vendido más de cuatro mil ejemplares en Europa, y es resultado de una cooperación franco-chilena: Luz Valeria Oppliger, divulgadora científica y autora de libros infantiles como Ecopreguntas para niños curiosos y Los amigos del santuario, conoció a los expertos en algas Christophe Destombe y Myriam Valero en 2005, quienes fueron sus tutores de doctorado en la Universidad Pierre et Marie Curie, en Francia. Oppliger les propuso hacer un libro, y ficharon a la artista francesa Valérie Valéro para darle forma al proyecto.
—Se trata de una obra tanto científica como artística —explica Oppliger, de 37 años, doctora en Ciencias Biológicas y encargada de comunicaciones del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES)—, porque es un libro-álbum, de literatura infantil, donde las ilustraciones complementan lo que cuenta el texto científico. El libro, entonces, es un viaje que muestra la vida que albergan los bosques submarinos.
El libro original fue financiado por fondos regionales de la Bretaña francesa y, en esta ocasión, su edición al español contó con Financiamiento Basal de CONICYT. El libro cuenta la experiencia de Alicia, una niña francesa de abuelos chilenos, que descubre la riqueza de la vida submarina gracias a la guía de Aronnax, una sabia foca que la invita a sumergirse y conocer la extraordinaria biodiversidad de los bosques de algas, amenazados por las repercusiones del cambio climático. Según Oppliger, quien en su tesis de doctorado realizó una profunda comparación entre los bosques submarinos de Bretaña con los de la costa chilena, la obra pone en relieve la importancia ecológica de estos bosques:
—Al igual que los terrestres —explica—, los bosques submarinos son sumideros de carbono. Absorben mucho CO2 y son ingenieros de los ecosistemas, pues albergan una cantidad de vida que uno no se logra imaginar, al estar ocultos bajo el agua. Allí viven peces, invertebrados y nematodos; son refugios de muchas especies, pequeñas guarderías de larvas y microalgas. Todo esto se encuentra en sus ecosistemas.
La edición en español de Alicia y el bosque de algas será presentada el jueves 2 de mayo, a las 18:00 horas, en el Instituto Francés de Chile. Estarán presentes todos los autores, y el libro será comentado en una mesa redonda dirigida por el ficólogo y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Sylvain Faugeron. Oppliger asegura que será una buena oportunidad para conversar sobre el tema de fondo —la riqueza ecosistémica de los bosques de algas—, pero también del proceso creativo, donde los cuatro autores del libro tuvieron como inspiración a referentes diversos: la estética de las ilustraciones, por ejemplo, está inspirada en las obras del pintor francés Henri Rousseau, y el personaje principal está inspirado en los libros del autor inglés Lewis Carroll.
—En el mundo de Alicia en el país de las maravillas —explica Oppliger—, la protagonista cae en un agujero o atraviesa un espejo. En nuestro libro, en cambio, Alicia atraviesa la superficie marina, que es la superficie que oculta todo ese maravilloso mundo que son los bosques de algas.
Texto: José Miguel Martínez