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Investigación científica lleva a escolares de San Antonio a competir en Estados Unidos

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  • 17 Julio, 2019

En mayo pasado, dos escolares sanantoninas vivieron una experiencia única en Estados Unidos, gracias a su pasión por desarrollar investigación científica escolar.

Para la mayoría de los y las escolares, viajar al extranjero significa cumplir un sueño. Pero viajar al extranjero para representar a tu país con tu investigación escolar, es un sueño que para Stephanía Vergara, Valentina Osorio y su profesor Diego Iriarte, del Colegio Fénix ubicado en San Antonio, se cumplió por dos en mayo recién pasado, para participar de la Feria Científica Escolar más grande del mundo: INTEL ISEF, desarrollada en la ciudad de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos.

La instancia fue compartida junto a otros dos escolares de Puerto Aysén, quienes viajaron a representar al país con sus correspondientes estudios de investigación y vivieron una de las aventuras más enriquecedoras de su vida académica y personal.

La historia comienza en la comuna de San Antonio, con un profesor motivado y dos estudiantes apasionadas por las ciencias. Stephanía Vergara, comenta al respecto que “personalmente, siempre me gustó mucho la ciencia y nuestro profesor nos motivaba constantemente en clases. Cuando supe de los congresos, invité a Valentina a sumarse a y al momento de tener clara nuestra hipótesis, decidimos postular –primero que todo– a la instancia de los Congresos Provinciales de Ciencia y Tecnología-Explora”.

Las alumnas decidieron presentarse con un proyecto centrado en una problemática local, abarcando la temática medioambiental de la comuna sanantonina a través de un “Análisis de concentración de partículas por contaminación del aire debido a la actividad portuaria en el sector del paseo Bellamar de la comuna de San Antonio”.

La investigación se basó en el estudio de la Aerobiología, disciplina que comprende el análisis de partículas biológicas que vagan por el aire, determinando cuáles son sus procesos de emisión, liberación, dispersión e impacto. Para captar estas partículas, las estudiantes usaron un instrumento de muestreo llamado “Rotorod” –herramienta casera en función del movimiento hecha de un tubo de PVC, palos de helado y un motor– el que fue dispuesto en sectores cercanos al área portuaria de la comuna.

Para Vergara, participar de estos espacios significó ensayar y prepararse de formas más intensas para exponer su investigación frente a todos y todas, ocasión que le sirvió a esta investigadora para empaparse de una experiencia enriquecedora junto a sus pares. A pesar de que para ambas estudiantes era la primera vez que participaban de los congresos, lograron pasar con éxito a la instancia regional.

Para su profesor, Diego Iriarte, hay sin duda un antes y un después en la actitud académica de las estudiantes. “Estoy convencido de que es fundamental hacer ciencia dentro del aula a través de este tipo de proyectos. A pesar de la motivación que uno como docente puede entregarles, fueron las niñas las que plantearon esta inquietud ambiental de la comuna y eso es muy importante”, explica Iriarte, y agrega que “hacer ciencia, no solo desarrolla conocimientos dentro de un ámbito, sino también en otras áreas. Antes Stephanía quería lograrlo todo rápido, en cambio, ahora su actitud es más crítica y cuestionadora y eso es súper motivador”.

Luego de pasar la etapa del Congreso Regional y a pesar de todos los comentarios positivos que recibió la investigación en todas las instancias de participación, las estudiantes no recibieron ninguna distinción en el Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología, que fue realizado en noviembre del año pasado en la Universidad de Concepción.

“Como todos nos decían lo original que era nuestro proyecto y el valor que tiene a nivel local, tuvimos unas expectativas súper altas en el Congreso Nacional y la verdad regresamos un poco defraudadas al no obtener ningún reconocimiento”, comenta Vergara.

Lo que las estudiantes no sabían, es que aún quedaba una instancia más para presentar su valiosa investigación: la Feria INTEL ISEF, considerada la feria escolar internacional de ciencias más grande de todo el planeta. “Cuando el profesor nos contó a los días después –y frente a todo el colegio– que estábamos seleccionadas en la categoría de “Tierra y Ciencias del Medio Ambiente” del INTEL ISEF y que viajaríamos a Estados Unidos por el proyecto, me puse a llorar de pura emoción”, cuenta la estudiante.

Ensayo y error

Los meses previos al viaje, Vergara cuenta que junto a su compañera y profesor se dedicaron exclusivamente a ensayar su presentación y a afinar detalles del Rotorod que presentaron como eje de su proyecto de investigación escolar. Conforme avanzaban las semanas y se acercaba la fecha de viaje, la joven investigadora confiesa que los nervios le llegaron finalmente camino al aeropuerto.

“Nunca había viajado al extranjero y esto fue una total aventura. Cuando llegamos al aeropuerto, me reía de los puros nervios: era la primera vez que viajaba sola, no pude dormir nada en el avión, estaba sin mis papás y fue todo muy emocionante, desde el principio hasta el final. El camino al hotel, el registro en la feria, el trabajo y la gente que conocimos, todo ha sido inolvidable”, explica.

Como apoyo idiomático, al equipo sanantonino se le proporcionó una intérprete a la hora de explicar su investigación. A pesar de la barrera del lenguaje, Stephanía cuenta que eso no fue impedimento para conocer los proyectos de otros/as compañeros/as de otros países, permitiendo saber de primera fuente lo que otros/as están realizando en materia de investigación científica al interior del aula.

“Esta experiencia me permitió crecer como persona. Adquirí más conocimientos, más habilidades y me abrió un montón de puertas. Cuando fui al Congreso Nacional en Concepción, estaba decidida a estudiar Medicina. Ahora comprendo sobre bioquímica, microbiología, biotecnología (…) un montón de áreas que no conocía. Antes, cuando me tocaba disertar en el colegio, me ponía nerviosa y hablaba muy rápido. Ahora, con esta experiencia, he adquirido diversas competencias que me han ayudado a mejorar eso y a querer seguir haciendo investigación científica”, explica Stephanía.

Para el profesor Diego Iriarte, esta experiencia se suma a su quehacer como docente de ciencias y lo motiva a continuar al alero de estas futuras investigadoras para fomentar en ellas y en el resto de sus estudiantes, el desarrollo de diversas competencias científicas y transversales, como la perseverancia, empatía, tolerancia, flexibilidad y manejo de frustración, entre muchas otras habilidades que sin duda les servirán para su vida.

Lo anterior, es reforzado por el testimonio de la académica Elizabeth Chiappa, profesora de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Playa Ancha y quien ha sido miembro del Comité Científico Evaluador de los Congresos Regionales organizados por el PAR Explora Valparaíso en más de cinco ocasiones, siendo la última de ellas el año pasado.

“Con el desarrollo de este tipo de proyectos de investigación en escolares, se potencian diversas competencias y habilidades de tipo no solo científico, sino también transversales. Es sabido que durante los congresos los y las estudiantes desarrollan habilidades blandas que tienen que ver con la autovaloración, la sociabilidad, el trabajo en equipo, la comunicación efectiva, entre muchas otras, las que afectan directamente a su formación como ciudadanos informados y con espíritu crítico, preparados para enfrentar las distintas problemáticas del siglo XXI”, finaliza la profesional de las ciencias.

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