El aprendizaje al aire libre: un valor agregado para fortalecer la Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible

nota web
  • 10 Julio, 2024

Nuestro recorrido por la ribera del río Mapocho en las comunas de Talagante y El Monte, desarrollado junto a las ONG, Frente de Río y Verde Nativo, acompañado de docentes y estudiantes de Lo Espejo e Isla de Maipo, obedece a promover el autocontrol, desarrollo de la curiosidad, actividad física y conexión con lo natural.

El diseño de actividades en medio de un entorno natural, nos permite investigar, resolver problemas y generar mecanismos de participación alrededor de temáticas ambientales. Una metodología de enseñanza que fortalece el desarrollo emocional, cognitivo, moral, intelectual y social de las y los estudiantes. 

Históricamente, los procesos de educación ambiental se han vinculado a la adopción de valores, conceptos y al desarrollo de habilidades para una convivencia armónica entre las personas, su cultura y espacio geográfico. Un modelo de aprendizaje que se instaló como una importante herramienta de capacitación medioambiental, fortaleciendo el rol de la comunidad, las experiencias y el papel de los jóvenes en la lucha contra la crisis climática. 

Sin duda, cualidades que han sido ampliamente promovidas en las diversas actividades que han contado con la participación del PAR Explora  Región Metropolitana Sur Poniente, programa liderado por la Universidad de Chile, a través de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. 

En Chile, el interés por la educación al aire libre desde temprana edad, ha ido en aumento, reemplazando las salas de clases por lugares abiertos y acercando la naturaleza a los espacios urbanos. No obstante, según estudios de UNESCO, en 2021, un 47% de los planes de estudio, aún no logran consolidar temáticas asociadas al cambio climático. Paralelamente, sólo un tercio de los docentes, se sentía capacitado para abordar temáticas asociadas a la acción climática y, el 70 % de los jóvenes encuestados, no podía explicar el cambio climático. 

Hoy, los modelos educativos conducen a estimular una mayor participación ciudadana, que permitan y promuevan el desarrollo sostenible en la infraestructura e implementación de tecnologías en su entorno, integrando a mujeres y hombres de diversas edades, etnias y nacionalidades. Sin embargo, éste debe adaptarse al contexto de las personas que serán formadas, siendo recomendable que reciban la información necesaria desde temprana edad.

La conexión y respeto por la naturaleza

La educación al aire libre forma ciudadanos sensibles en materias medioambientales, representando para los docentes, un apoyo para la consolidación de aprendizajes vinculados al desarrollo sostenible. De igual modo, eleva la concentración de los niños, a pesar de eventuales factores que podrían generar una distracción atencional, como animales, insectos y otros imprevistos. 

A juicio de Nataly Jaque, profesora de la Escuela Básica Blue Star de Lo Espejo, “hoy enfrentamos una crisis medioambiental que exige un cambio de los valores ciudadanos respecto del medioambiente. Las políticas públicas no cobran mayor validez, si omitimos la vinculación del ser humano con el territorio en que habita. En la medida que modifiquemos el consumo y trato con nuestro entorno, no necesitaremos leyes que impidan sobreexplotar la naturaleza”. 

La docente recalcó que estas actividades permiten “generar una vinculación real con el medio. Nosotros venimos de un contexto social muy vulnerable, con áreas verdes sumamente reducidas y sin posibilidades de realizar excursiones en la naturaleza. Hay estudiantes que, durante sus vacaciones, no tienen acceso a conocer el campo, la playa ni la cordillera. Su barrio es la única realidad que visualizan, interfiriendo en la generación de conciencia sobre un medio que no conocen y tampoco disfrutan”. 

Una opinión ampliamente compartida por Catalina Acevedo, Médico Veterinaria y responsable del área de Educación Ambiental de la ONG Frente de Río, ya que “en Talagante, la idea es que los niños sientan la conexión con la naturaleza y aprendan a respetarla. Los trabajos que hemos realizado son de vital importancia: que conozcan un humedal, que se sumen a nuestra tarea de reforestar, limpiar la zona y ver con sus propios ojos cómo sus acciones contribuyen a preservar la fauna del sector”. 

Asimismo, “hay diversas problemáticas que atacan este sector. Un ejemplo son los perros salvajes que, al igual que en otros lugares, atacan las aves, coipos y fauna del área. También debemos combatir la caza indiscriminada de animales realizada con fines de entretenimiento. Los escombros también son un problema, ya que aún existen vecinos que ven al río como un sinónimo de basural”, indicó Acevedo. 

Cabe destacar que, Frente de Río, nace en 2018, como una respuesta a la extracción de áridos en las laderas del Mapocho, trabajando en la concientización ciudadana, a través de recorridos, labores de limpieza, reforestación de la zona e instalación de señaléticas, tendientes a mitigar el arrojo de escombros. Una tarea que, según sus responsables, ha contado con el amplio respaldo de la Municipalidad de Talagante y el Gobierno Regional Metropolitano (GORE). 

Fortaleciendo la creatividad y movilización de los sentidos

El incentivo para el Desarrollo Sostenible, conocimiento de la naturaleza y sus procesos, son algunas de las ventajas que ofrece el aprendizaje al aire libre. Cualidad que ha motivado la generación de proyectos ecológicos vinculados al humedal del Río Mapocho, asociados a la creación de un parque y sendero turístico que consoliden el proceso de restauración de su ribera. 

Para Isabel Ceballos, Ingeniero Agrícola, monitora de Frente de Río y vecina de Talagante, “el río es como el patio trasero de mi casa. Su presencia es sinónimo de descanso, inspiración y salud. Hoy, tengo un hijo y todas las acciones que estamos llevando a cabo también serán un aprendizaje para él. Trabajar con niños es de suma importancia, ya que su conciencia y visión de los fenómenos es menos estricta y rígida. A diferencia de los adultos, tienen la capacidad de generar cambios que nosotros somos incapaces de observar. Su sensibilidad para conectarse con los animales y espacios naturales, es completamente distinta”. 

Sin duda, reflexiones que apuntan a robustecer la educación ambiental en las escuelas, incorporándose a sus planes de estudio, con la finalidad de combatir el cambio climático a largo plazo, con ciudadanos informados y conscientes de su relevancia. Más aún, cuando el vínculo no proviene de un especialista, libro o sala de clases, sino que, a través del contenido empírico, investigativo, tangible y de primera fuente. 

Según Marcelo Muga, Profesor de Primer Ciclo Básico de la Escuela Efraín Maldonado de Isla de Maipo, sus estudiantes “provienen de zonas rurales, que se ven en la obligación de adaptarse a un entorno urbano, pero la naturaleza es parte de ellos. Muchos, a través de sus familias, han tenido la oportunidad de trabajar en un huerto, plantar y recolectar. A partir de esa experiencia, la realización de estas iniciativas les permite fortalecer sus conocimientos, ya que, al salir de la sala de clases, existe un mundo de diferencia entre la teoría y la práctica”. 

En las comunas de Talagante y El Monte, los estudiantes manifestaron una activa participación ante los contenidos que los monitores fueron desarrollando durante el recorrido. Bastián Valenzuela, estudiante de la Escuela Blue Star College, valoró una instancia que le permitió “conocer los zorros chilenos. En el futuro, deseo ser Médico Veterinario. Caminar por esta zona me permitió conocer sobre los animales, sus características y el compromiso que debemos tener con la naturaleza”. 

Los docentes participantes de la actividad liderada por el programa de Cultura Científica del PAR Explora Sur Poniente Región Metropolitana, coincidieron en que la realización de estas actividades, favorece la conexión de los estudiantes con el mundo natural, los animales y fauna del lugar. Un escenario que despierta su sensibilidad por el medioambiente, asimilando que el respeto del entorno, finalmente representa salud para todos.

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