El profesor de física Mario Campos Duque lleva 23 años enseñando astronomía a estudiantes del Colegio Cristóbal Colón y vecinos de la comuna de Conchalí. Gracias a su enseñanza, ha logrado que generaciones de alumnos sean hoy destacados científicos y sigan su legado de enseñar ciencia a otros estudiantes de escasos recursos.

Cuando el hombre pisó la luna por primera vez –el 20 de Julio de 1969– fue un gran paso para la humanidad que marcó la vida de muchas personas. El profesor de física Mario Campos Duque fue una de estas personas, que en ese entonces sólo contaba con 6 años. En la comuna de Independencia, un año después de este evento, pudo ver en un cine bajo las estrellas cómo los astronautas del Apolo 11 pisaban suelo lunar, naciendo así su interés por la astronomía.

Estando en el colegio comenzó a interesarse por la física y le gustaba ayudar a sus compañeros en la materia. Ya en la universidad decidió convertirse en profesor. El año 1996 comenzó a trabajar en el Colegio Cristóbal Colón de la comuna de Conchalí, “me gustó el proyecto del colegio, ya que nos dejan realizar diversas actividades. Incentivamos y motivamos a que los estudiantes aprendan, a pesar de que estamos en un colegio de una población con chiquillos con muchas situaciones externas y dificultades de aprendizaje. Pero uno tiene que estar ahí y ser un agente motivador”, indica.

El profesor lleva 23 años realizando actividades de astronomía, como el “Ciclo de Astronomía en la Población” y el “Taller de Astronomía para Estudiantes”. Además, recientemente realizó un taller de astronomía para profesores de básica de distintas comunas. Con esta última actividad, él comparte sus conocimientos de astronomía con sus pares, con el fin de que motiven a sus estudiantes a aprender un nuevo conocimiento de forma entretenida. Según indica, “uno puede motivar a sus estudiantes desde distintas áreas del conocimiento –artes, biología, etc–, lo importante es la perseverancia, dedicación y motivación de la profesora y profesor”.

Mario Campos cuenta que el Taller de Astronomía nace cuando comienza a hacer clases. “En ese tiempo, me llegó un telescopio de regalo, de siete centímetros, con el que se podía ver la luna. Cuando llegué al Colegio Cristóbal Colón, me compré un telescopio y armé un taller extraprogramático de astronomía, donde los alumnos se quedaban a aprender después de clases. Al taller se integraron niños y niñas, la mayoría con pocas habilidades en ciencias, pero que les gustaba la astronomía”, señala. Agrega que con el tiempo la escuela reconoció el taller, incluyéndolo en la jornada escolar completa de libre elección.

Posteriormente en el año 2013, “junto a varios alumnos, participamos en el concurso “Catch a Star” de la ESO (European Southern Observatory), donde ganamos un viaje al Observatorio Paranal, cuando recién lo estaban construyendo”, dice el profesor de astronomía.

Por otro lado, el Ciclo de Astronomía de la Población nace a partir de una actividad que se llama ‘La Noche Lunar’ –que es a nivel mundial– y cuyo objetivo es observar y sacar fotos a la luna. “Inspirados por esta iniciativa, fuimos con un grupo de alumnos y armamos los telescopios en el campo en Colina. A esta actividad llegaron muchas personas de sectores rurales, como Chacabuco y Peldehue. Una abuelita que asistió con su nieto estaba muy emocionada porque nunca había visto la luna de cerca”.

“La Astronomía es algo de interés transversal como país, pero uno motivar a sus estudiantes desde distintas áreas del conocimiento, lo importante es la perseverancia, dedicación y motivación de la profesora y profesor”, indica el profesor

El profesor Campos relata la influencia del astrónomo José Maza en lo que hace: “escuché que el profesor José Maza en una entrevista por la televisión decía que “la ciencia estaba en la élite y que debía bajar”, que es lo que él está haciendo ahora. “Esto me hizo mucho sentido, y me dije: eso es lo que tenemos que hacer nosotros. Motivado por el llamado de Maza, hablé con los alumnos y armamos un proyecto para la gente de nuestra población, en Conchalí. Nos organizamos de tal manera que cada uno aportaba con algo, ya sea sacar fotos o preparar el té para los asistentes. El encargado de la plaza del Barrio Monterrey nos esperó un viernes con asientos y con mucha gente de edad, obrera y gente de la población. Desde ahí, semana a semana, dimos 2 o 3 charlas, donde participaba la misma gente. También repetimos esta actividad en la plaza La Juanita, de la misma comuna”, relata entusiasmado.

Consultado sobre cómo ha influido el taller en la vida de los estudiantes, el profesor Campos comenta que “muchos de los niños del colegio no quieren estudiar ciencia, porque tienen otros horizontes. El taller les abre un espacio de conocimiento”.

Miembros del Taller de Astronomía cuentan sus experiencias

Mario Reyes Jorquera, Profesor y Guía de la empresa Turística y Educativa ASTROCOYA ATACAMA de la comuna de San Pedro de Atacama, fue miembro el año 2000 del Taller de Astronomía que dicta el profesor Campos. Sin pensar que se convertiría en su profesión, oficio y pasión, señala que “el taller ha sido la base de nuestra aventura. Hoy trabajamos para que nuestra sociedad conozca el cielo nocturno y así lo valore y proteja”.

Felipe Goicovic, exalumno del colegio Cristóbal Colón, es hoy Doctor en Astrofísica. Actualmente se encuentra trabajando en Alemania, en el Instituto Max Planck. “El taller de astronomía ofrecía la oportunidad perfecta para explorar los misterios del Universo en un escenario entretenido y didáctico”. El año 2002, cuando estaba en el colegio, el taller participó en el primer Congreso Escolar de Astronomía, realizado en el Valle del Elqui. Este evento lo marcó, “fue una verdadera iniciación de lo que significa presentar resultados a un público fuera del contexto escolar, habilidad que es extremadamente importante para un científico”, dice Goicovic.

Goicovic resalta la importancia de talleres de este tipo en los colegios. “Este tipo de taller es bastante único si comparamos con el resto de las instituciones educativas en nuestro país, ya que a la astronomía usualmente no se le da el protagonismo ni el enfoque que se merece, pese a que Chile es donde se encuentra la mayor concentración de observatorios de todo el mundo”..

Matías Paredes, ex alumno del Cristóbal Colón y ex miembro del Taller de Astronomía, actualmente cursa segundo año de Ingeniería Civil Industrial en la UTFSM.  Él cuenta que “vendiendo aceite de oliva fue como nos las arreglábamos para financiarnos; yo tenía a toda mi familia comprando, y cada uno de los integrantes del taller igual”.

Paredes cuenta también cómo la motivación del profesor Campos ha sido fundamental en su formación y ha rendido frutos. “Junto a un equipo estamos trabajando para seguir llevando la ciencia de forma poco costosa a aquellos niños curiosos, como lo fui yo y mis compañeros del taller de astronomía”. Actualmente, el exalumno del profesor Campos lidera “Farlights Project”, una iniciativa cuyo primer objetivo es la fabricación de telescopios de bajo costo, para que nadie se quede con las ganas de vivir la ciencia. “Nada de esto hubiera sido posible sin el Profesor Mario Campos y su taller, que día a día siguen estimulando la curiosidad de los niños”, indica.

“Junto a un equipo estamos trabajando para seguir llevando la ciencia de forma poco costosa a aquellos niños curiosos como yo lo fui; “Farlights Project” es una iniciativa cuyo primer objetivo es la fabricación de telescopios de bajo costo, para que nadie se quede con las ganas de vivir la ciencia. Nada de esto hubiera sido posible sin el Profesor Mario Campos y su taller, que día a día siguen estimulando la curiosidad de los niños” indica Matías Paredes, ex miembro del taller.

Profesor Mario Campos Duque junto con el Taller de Astronomía y científicos del Observatorio ALMA en el Desierto de Atacama. Fuente: Astronomiacolon.

Próximo desafío: construir un observatorio en el colegio

El entusiasmo del profesor Mario Campos no se detiene. Post eclipse solar, lo esperan varias tareas. Cuenta que el taller de astronomía actualmente se está impartiendo también con alumnos de 3ro y 4to básico. Además, se incluyó a estudiantes del proyecto de integración educativa, donde se han enfrentado nuevos desafíos enseñando a niños con autismo o que no saben leer. “Ellos son muy motivados por participar, hay chicos que me han dicho que la escuela no los motiva, pero sí el taller. Espero que esto les ayude en el futuro, estudien algo y se acuerden de esto”, dice Campos.

Por otro lado, relata sus deseos de “actualizar nuestra personalidad jurídica para poder postular a proyectos financiados por el gobierno, porque mi sueño es construir un observatorio en el colegio. No una cúpula, sino una sala con una parte del techo que se desplace y donde podamos tener los libros y el material, que los niños tengan su espacio de astronomía”.

Texto: Valeria Garrido