Igualmente sabias, la otra faceta de las mujeres científicas

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  • 22 Enero, 2021

La reducción de la brecha de género en ciencia, tecnología e innovación requiere del esfuerzo y la autoconfianza de las niñas y mujeres que se apasionan por estas áreas. En Chile, tenemos muchas mujeres destacadas en diversas áreas científicas, es el caso de la paleontóloga Judith Pardo y la geóloga Millarca Valenzuela, dos de las doce científicas que forman parte de la exposición “Igualmente Sabias” organizada por Explora RM Norte, cuyo objetivo es mostrar otras facetas de la vida de estas investigadoras y motivar a más niñas, jóvenes y mujeres a dedicarse a las ciencias y romper la brecha de género presente en estas áreas.

La reducción de la brecha entre hombres y mujeres en las áreas de ciencia, tecnología e innovación es uno de los temas relevantes en el desarrollo de la sociedad. En Chile, según el último informe de la Agencia Nacional de investigación y Desarrollo publicadas en diciembre del año 2020, el cual reúne datos desde el 2010 al 2019, informó que la proporción de mujeres tituladas se redujo en 4,5% en carreras científicas y un 2,5% en ingeniería, tomando como punto de comparación el año 2018 con el con el 2009. Y respecto a las matrículas en programas de doctorado en estos últimos 10 años, ha fluctuado entre un 40% a 46%, aunque en magister al año 2019 la matrícula de mujeres alcanzó un 50%. Según estos datos, a Chile aún le falta un trecho para reducir la brecha de género en estas áreas.

A pesar ello, nuestro país cuenta con grandes mujeres brillantes, destacadas y respetadas entre sus pares, enfocadas en diversas áreas del conocimiento como antropología, física, astronomía, biología, tecnología, epidemiología e innovación.

Igualmente mujeres

Pareciera que estas mujeres excepcionales fueran estrellas inalcanzables de otra galaxia, pero no es así, por esto, con el fin de conocerlas y acercarlas al público general, la exposición “Igualmente Sabias” organizada por Proyecto Asociativo Regional Región Metropolitana Norte de Explora, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, liderado por la Universidad de Chile a través de la Facultad de Cs. Químicas y Farmacéuticas y su unidad ejecutora el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) muestra algo más allá que sus trabajos científicos, la exposición nos acerca a sus sueños, gustos, recuerdos y esencia de cada una de ellas. etc., Sirviendo como fuente de inspiración y motivación para todas las mujeres y niñas que deseen dedicarse a las ciencias y de contribuir con la reducción de la brecha de género equiparando la estadística en estas áreas.

Una de las doce científicas de la exposición es Judith Pardo, bióloga y paleontóloga chilena, quien durante el desarrollo de su tesis de doctorado descubrió fósiles de ictiosaurios pertenecientes al período Cretácico en el glaciar Tyndall de Torres del Paine quien realiza expediciones en la Patagonia en colaboración con colegas y amigos, quienes la ayudan en la búsqueda y excavación. Otra de las científicas destacadas es Millarca Valenzuela, geóloga chilena experta en meteoritos, quien recibió un reconocimiento por su trabajo y gracias a su contribución en el área, el asteroide 11819 fue bautizado como Millarca.

Curiosas desde siempre

Judith Pardo, bióloga y paleontóloga chilena, quien durante el desarrollo de su tesis de doctorado descubrió fósiles de ictiosaurios

Judith recuerda los paseos que daba con sus padres cuando vivían en Porvenir (Tierra del Fuego) “en verano, casi todos los fines de semana salíamos a caminar y a veces dábamos caminatas larguísimas, y yo me entretenía mirando el paisaje, las flores, el pasto, las aves, las rocas, los insectos y recogiendo palos y huesos. Pienso que mi infancia en Porvenir, mi ciudad natal, fue lo que inspiró mi interés por la naturaleza y los animales”.

Desde pequeña Judith estuvo rodeada de ciencia, cuando era estudiante participó en uno de los campamentos del programa Explora, aunque desde su infancia estuvo interesada en la biología y la anatomía. Sin embargo, estando en la universidad, luego de tener un ramo de geología y de paleontología se dio cuenta de que realmente quería dedicar el resto de su vida a estudiar animales extintos “creo que mi principal hobby es mi trabajo, no me aburro nunca” destacó la científica.

Por otra parte, Millarca hasta los 18 años vivió en Antofagasta siendo uno de sus lugares favoritos las pozas marinas que se crean entre las rocas volcánicas de todo el borde costero antofagastino, donde junto a su hermano Fernando y amigos pasaban largas horas inspeccionando la diversa vida que encontraban en ellas. También recuerda una quebrada cercana a su casa donde recolectaban guppies, unos pececitos pequeños que luego ponían en un acuario en su casa, y el cerro de La Cruz, desde donde se tiraban en cartones a toda velocidad. Como ella misma dice “fuimos niños muy felices al poseer libertad para poder inspeccionar el mundo natural que nos rodeaba, y adultos que contribuyeron a desarrollar la curiosidad y la observación”.

Luego, en la universidad cuando estaba en plan común de ingeniería y ciencias, pensó en estudiar astronomía, pero cuando tomó el electivo de Geología General descubrió el maravilloso mundo de las rocas y minerales como registros de la historia más fascinante, que es como logró este planeta evolucionar a lo que es hoy, con sus únicas características en el Sistema Solar y ser el único capaz de albergar vida y hacerla evolucionar hasta generar la conciencia.

Fuentes de inspiración y admiración

Millarca nos cuenta que admira ciertas cualidades humanas que están relacionadas a la inspiración, la voluntad y el coraje de seguir esa luz que se instala en alguna parte de nuestras conciencias a pesar de las condiciones adversas. Por esta razón, no es sólo una, sino que hay un gran número de personas a las que admira, partiendo por su madre, Blanca Picón Cortés, quien como nos cuenta “ha sido siempre un referente por esa chispa de inspiración que tiene y la lleva a animarse a realizar cosas que parecen imposibles y luego, muchas mujeres que nacieron en épocas muy difíciles quienes lucharon para que las mujeres fueran libres”.

Millarca Valenzuela, geóloga chilena experta en meteoritos.

Las doce científicas que participan de la exposición son fuentes de inspiración para otras personas, pero ellas también han admiran a otras personas. Millarca nos cuenta que admira ciertas cualidades humanas que están relacionadas a la inspiración, la voluntad y el coraje de seguir esa luz que se instala en alguna parte de nuestras conciencias a pesar de las condiciones adversas. Por esta razón, no es sólo una, sino que hay un gran número de personas a las que admira, partiendo por su madre, Blanca Picón Cortés, quien como nos cuenta “ha sido siempre un referente por esa chispa de inspiración que tiene y la lleva a animarse a realizar cosas que parecen imposibles y luego, muchas mujeres que nacieron en épocas muy difíciles quienes lucharon para que las mujeres fueran libres, como Sor Juana Inés de La Cruz en México, Madame Blavatsky en Rusia, Gabriela Mistral en Chile y tantas otras”.

Pero Millarca no sólo admira a mujeres, sino que también destaca la genialidad en el pensamiento como Leonardo Da Vinci, Giordano Bruno, Friedrich Nietzsche y su idea del superhombre. Más   tarde su admiración fue a elevada a seres con una conciencia más grande acerca de la humanidad, como Jiddu Krishnamurti, Rudolf Steiner, Claudio Naranjo y el Dalai Lama.

Algo más que ciencia

Judith es una científica apasionada en su área y sueña con poder desarrollar su línea de investigación en paleontología en la Universidad de Magallanes, donde actualmente trabaja para hacer ciencia de alto nivel. Su meta es contar con colaboración de colegas chilenos, extranjeros y estudiantes interesados, sin embargo, también le apasiona otros temas alejados de la paleontología.

Judith disfruta mucho del deporte y practica el arte marcial japonés Aikido desde hace más de diez años, “a través del Aikido he hecho amigos en diferentes países al poder participar en seminarios. Aikido es el arte marcial que te encamina hacia la armonía de la energía. Pienso que, si no pudiese trabajar más en paleontología, me dedicaría al Aikido a tiempo completo”, comentó la bióloga.

Sin embargo, como le ocurrió a todo el mundo, sus actividades se han visto afectadas por la pandemia ya que no pudo entrenar durante todo el año pasado, por lo que ha comenzado a aprender a pintar en acuarela “estoy aprendiendo técnicas y me relaja mucho pintar”, dijo Judith.

Desde pequeña Judith estuvo rodeada de ciencia, cuando era estudiante participó en uno de los campamentos del programa Explora.

La lectura también es algo que Judith disfruta y sus libros favoritos son “Science(ish)” que cuenta  que tan científicas son las películas de ciencia ficción más famosas y “Mujeres y Poder: Un Manifiesto” que cuenta cómo la historia ha tratado a mujeres conocidas en la historia. “Antes lo que más leía era las novelas de terror de Stephen King, después pasé a leer ciencia ficción y ahora estoy interesada en las biografías de personas y en la historia”, agregó

Judith también disfruta del cine donde sus películas favoritas tampoco están exentas de ciencia, tales como “Contacto”, ya que le encanta que la protagonista sea una científica que lucha contra todo por desarrollar su ciencia. También “Interestellar, “creo que la he visto más de 20 veces ya que me gustan mucho las películas del espacio sobre todo cuando hay física cuántica”. Además, otra de sus favoritas es “El Secreto del Abismo” y como nos dice “los clásicos del horror de los años 20 a 50 con monstruos que ahora no asustan nada, pero que siguen siendo clásicos”.

Millarca Valenzuela recibió un reconocimiento por su trabajo y gracias a su contribución en el área, el asteroide 11819 fue bautizado con su nombre.

 “Igualmente Sabias” muestra que las científicas no sólo aman sus áreas de trabajo, sino que también disfrutan sus tiempos libres, de sus familias, de sus mascotas, de la comida, de la música o como Millarca, a quien le encanta cocinar, escribir, coleccionar momentos y personas, cuidar mi jardín, o simplemente sentarse en el balcón e intentar divisar con sus binoculares ballenas, delfines u otros animales marinos en la Bahía de San Jorge en Antofagasta.

Además, estas mujeres tienen sueños que involucran un mundo mejor, donde hombres y mujeres participen equitativamente, o por qué no, como nos dice con entusiasmo Millarca “¡Que alguna o alguno de mis estudiantes pudiera ir en una expedición a Marte!“.

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