La aparición del COVID-19 nos obligó a suspender muchos aspectos de nuestras vidas, el trabajo y el ocio quedaron en el aire mientras esperamos una eventual respuesta a la pandemia. Sin embargo, hay estudiantes, docentes, científicas y científicos que vieron en la una oportunidad para seguir generando conocimiento sobre sus comunidades.

Hace 25 años nace el programa Explora, con la finalidad de fomentar el interés de niñas y niños por la ciencia, la innovación y el conocimiento. Esta tarea se realiza a través de distintas iniciativas que se ejecutan en las 16 regiones del país, con el objetivo de apoyar la labor de los docentes y el aprendizaje de las y los estudiantes con un enfoque local.

“Con el trabajo que realizamos junto a nuestros 18 equipos regionales, el programa Explora llegó a más de 900 clubes y academias de todo Chile, y eso sólo el 2019. Nuestro norte siempre es fomentar el desarrollo de competencias para la investigación e innovación en la comunidad educativa”, comenta Marcela Colombres, directora del programa Explora.

Sin embargo, este constante trabajo que se realiza con la comunidad escolar se vio comprometido por los nuevos escenarios que trajeron, en primera instancia, los procesos sociales que está viviendo Chile, y luego, la pandemia mundial que terminó por imposibilitar la realización de muchas de las acciones presenciales que realizaba el programa.

Ejemplo de ello fue el XVI Congreso Regional Escolar de las Ciencias y la Tecnología de la región de Antofagasta, el que luego de haber sido cancelado en primera instancia por la inestabilidad que se vivía en el país, tuvo que ser realizado de manera virtual por las condiciones de confinamiento que había propuesto el Gobierno en el mes de mayo.

Frente a este tipo de contingencia, ¿Cómo se puede fomentar la investigación científica? ¿Cuáles son las nuevas fórmulas que Explora realiza para seguir fomentando la investigación? ¿Se puede seguir respondiendo de la misma forma?

Las respuestas a estas preguntas están en mano de los Proyectos Asociativos Regionales, PAR, instituciones encargadas de llevar el corazón de Explora a cada una de las ciudades del país, generando y estimulando el desarrollo de la cultura científica y tecnológica en la comunidad.

Los directores PAR señalan que el trabajo comunal que realizan está enfocado en poner en contacto al ecosistema interesado, en una especie de triangulación de actores que involucran a estudiantes, profesores e investigadores, para que en conjunto detecten un fenómeno y le proporcionen solución de carácter local.

“Lo que hacemos es fomentar que los grupos y temas salgan de los propios estudiantes. Deben tener un carácter global, pero que sean pertinentes a la región y localidad desde donde se les estudie”, señala Daniel Opazo, director del PAR de la Araucanía. “El desafío está en asesorar a cada grupo con un científico de la zona. Queremos que sean las mismas comunidades de la región las que estén al servicio de las escuelas, y para ello tenemos siempre un trabajo colaborativo con universidades y centros de investigación”.

Formación e investigación

 

Una de las premisas con las que trabaja Explora es que la base de toda buena investigación es la correcta formación de quienes indagan. Por ello, la metodología y preguntas de investigación son los primeros conocimientos y actitudes a entregar antes de entrar de lleno en acción.

“Este proceso lo hacemos nosotros directamente desde los PAR. Implica hacer un trabajo de formación para los estudiantes, pero que también va dirigido a profesores, con talleres de cómo desarrollar investigación científica y cómo pueden ayudar a sus alumnos a formular preguntas”, señala la directora PAR de Antofagasta, Olga Hernández.

Debido a la actual pandemia de COVID-19, este proceso, que era netamente presencial, debió mudarse a formato digital. Esto se ha hecho en diversas plataformas como Google Classroom y Zoom, además de adaptarse a otros formatos.

 “Todo lo que se hacía en charlas (como “Mil científicos, mil aulas”) lo hemos transformado en conversaciones a través de Windows Live, cápsulas científicas o talleres online para hacer lo mismo, pero en digital”, indica Mario Chiong, director PAR región Metropolitana Norte.

Este cambio de formato ha presentado desafíos para desarrollar la investigación escolar. En la Araucanía, por ejemplo, hasta el año pasado se velaba por hacer un trabajo presencial con los alumnos con el fin de asegurar la calidad en los aspectos metodológicos del proyecto y acompañar en el proceso de experimentación.

“Lo que estamos haciendo es realizar talleres tanto a los estudiantes como  a docentes, y para ello,  focalizamos el trabajo en ciertas áreas del saber, como tecnología, cuidados del medioambiente, energía, geología y astronomía. Son temáticas que los mismos estudiantes y profesores manifestaron que eran de interés para ellos. A partir de eso nosotros levantamos talleres en línea que van a durar hasta fines de agosto”, indica Olga Hernández.

“Muchos de los sistemas que ahora estamos implementando incluyen entrenamiento de sistemas digitales para enseñanza. Además de ser capacitados en lo propio de la investigación, aprenden sobre cómo hacer docencia digital”, comenta Chiong.

Jóvenes, pero profesionales

María Loyola es profesora de química en el Instituto Nacional José Miguel Carrera, de Santiago. Ella participa hace 7 años en investigaciones escolares con Explora y señala que la experiencia es enriquecedora: “les da una oportunidad a los estudiantes de echar a volar su imaginación, de que se den cuenta que pueden llegar a soluciones que se ven poco concretas. Además, pueden divulgar sus resultados entre científicos, y eso les da una experiencia que va más allá del aula”, indica la docente, quien este año va a iniciar nuevamente una investigación: esta vez ella y su equipo planean estudiar la reutilización de aguas de lavadoras para usos como el riego de plantas comestibles.

 

Un valor agregado que entrega el Programa Explora es el nivel de profesionalismo con el que trata a las investigaciones escolares. Si bien son pensadas como ejercicios de formación, el proceso, que incluye a asesores científicos y formación de los mismos PAR.

“Vamos más allá de conceptualizar la investigación simplemente como un ejercicio académico, porque nosotros creemos que la investigación escolar sí puede ser científica y producir resultados tanto o más válidos de los que se hace a nivel profesional”, comenta Daniel Opazo, quien además apunta que “la información que se genera puede aportar a la toma de decisiones a nivel local — como en municipalidades —, ya que pueden llegar a tener información sobre tal lago o tal bosque, o sobre tal técnica de cultivo local”.

Esta visión es compartida por Olga Hernández, directora PAR de Antofagasta: “Cuando los evaluadores de las ponencias de los niños, niñas y adolescentes,  escuchan las temáticas, surge el interés de los científicos en seguir avanzando en esas investigaciones”.

“La experiencia fue tremenda. A pesar de tener buenos puntajes PSU y en general buen rendimiento académico, en el colegio nunca nos metimos en el lado de la investigación científica. Hay una significancia para los chicos en el hecho de saber que están aportando a su comunidad con saber científico”, comparte Camila Redel, profesora del Colegio Centenario de Temuco y profesora guía de una de las cuatro propuestas ganadoras del 2019.

 Oportunidades para un nuevo año

Este nuevo escenario al que se sumó Explora con sus Proyectos Asociativos Regionales, abre las puertas a nuevas formas de entender la enseñanza virtual y la investigación. Al contrario de lo que se pudo pensar en un inicio, la digitalización de las actividades ha tenido una vitalización propiciada por el contexto de pandemia.

Como señala la directora Explora, si bien la distancia es un desafío por sí mismo, las oportunidades de seguir aprendiendo abundan “hemos ampliado las categorías no sólo al ámbito de las ciencias naturales y sociales, sino que también a las artes y humanidades”, sentencia.

“Hemos visto más convocatoria. Las barreras de distancia física ya no existen. Por ejemplo, nosotros somos del PAR Región Metropolitana norte y trabajamos con ciertas comunas, mientras que con otras no, porque teníamos territorios específicos en donde uno trabajaba presencialmente. Y ahora, digitalmente, ese problema ya no existe”, señala Chiong, quien también destaca que el cambio fue abrupto porque no todos los involucrados tienen la misma capacidad de adaptación.

Una opinión similar es la que tienen desde el PAR de La Araucanía, donde esperan obtener el mayor provecho de este contexto. “Más que un desafío, esto es una tremenda oportunidad, en el sentido de las comunicaciones. Podemos otorgar un contenido mucho más sistemático, tanto desde el PAR como desde las comunidades científicas de la región”, comenta Opazo, quien además indica que la pandemia ha revalorizado las ciencias y el conocimiento. “Ya que nos pueden ayudar a combatir las problemáticas que estamos viviendo y las que vendrán en un futuro. Ahora es el coronavirus, pero la crisis socioambiental global no se ha detenido”.

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