Nuestro planeta cuenta con dos regiones polares ubicadas a cada extremo, denominadas Polo Norte, donde se ubica el Ártico y Polo Sur donde se encuentra la Antártica, pero no siempre ha resultado fácil diferenciarlos y muchas veces las fotografías, el hielo y su fauna nos han hecho dudar si se trata del mismo lugar.

Sin embargo, basta entender la importancia y diferencias básicas de estos dos lugares para más nunca tener esa confusión, de esto nos explicó el Dr. Marcelo González biólogo y miembro del departamento científico del Instituto Antártico Chileno INACH, quien destacó 3 diferencias determinantes entre la Antártica y el Ártico:

  1. Su composición: La Antártica es un continente, cubierto por 98% de hielo y se calcula que contiene el 70% del agua dulce del planeta, mientras que el Ártico está formado principalmente por agua de mar congelada, rodeado de tierra que se extiende por seis países que bordean el Océano Ártico.
  2. Fauna: En ambas zonas existen especies totalmente diferente y aunque a veces se hable de tipos de animal similares en forma, en realidad son diferentes en cada zona, es decir la foca del Polo Norte no es la misma del Polo Sur, comentó Marcelo, quien también agregó que, “en la Antártica los principales animales son marinos, como pingüinos, krill, gaviotas, entre otras… mientras que en el Ártico podemos encontrar osos polares, lobos marinos, ballenas, zorros y renos o caribú, por mencionar algunas criaturas”.

3. Situación territorial: La Antártica es el único continente del mundo que no posee una población autóctona y tampoco pertenece oficialmente a ningún país, su única legislación es el Tratado Antártico, mientras que el Ártico es regulado por los Estados que tienen posibilidad de ejercer su soberanía, que son únicamente cinco: Rusia, Noruega, Dinamarca (por Groenlandia), Canadá y los Estados Unido (por Alaska).Ante este último punto, Alejandra Mancilla, filósofa política y actual profesora asociada de la Universidad de Oslo explicó que el Tratado Antártico nace entonces, por la necesidad de regular la gobernanza de este continente y resguardarlo solo para uso de la ciencia, cooperación científica, paz y protección del medio ambiente.

“Gracias a este tratado firmado en 1959, hoy podemos decir que es el único continente del mundo donde no ha habido explotación de minerales y donde la ciencia ha sido la actividad predominante. Además, es el único continente que no está militarizado y donde no hay lugar para experimentos nucleares” destacó la experta.

Por otro lado, también explicó que el Tratado Antártico es un acuerdo internacional que originalmente fue firmado por 12 países, pero actualmente cuenta con 54 miembros involucrados, entre los cuales Chile juega un rol determinante. Nuestro país junto a otros 28 países forma parte del grupo denominado consultivo: “estos miembros se reúnen anualmente y son los que deciden la forma en que se gobierna la Antártica, a través de medidas, decisiones y resoluciones legislativas. Por otra parte, se encuentran otros 24 países denominados “no consultivos”. Como su nombre lo indica, forman parte del tratado pero no pueden tomar decisiones”, explicó Alejandra.

Es importante comprender que una de las condiciones para ser miembro consultivo de este tratado, es el desarrollo de actividad científica sustancial en la Antártica. “Al comienzo, la forma para demostrar que se cumplía con este requisito era instalando una estación científica, pero desde los años noventa también se puede acceder como miembro consultivo si existe presencia de un programa científico importante, aunque el país no tenga una estación propia. De todas maneras, debido al costo que representa hacer ciencia en este lugar, este requisito ha generado polémica sobre todo entre los países en desarrollo”, explicó Alejandra.

Brújulas del planeta

Tanto el Polo Norte, como el Polo Sur son sensores del planeta que indican el grado de aceleramiento de los efectos del cambio climático en el mundo, dándonos una segunda oportunidad para cambiar el rumbo en términos de políticas de desarrollo ambiental.

“Por ejemplo, los estudios en la Antártica fueron clave para determinar el agujero en la capa de ozono, lo cual generó el desarrollo de una política mundial que redujo la producción de aerosoles que generaban contaminación en el ambiente y dañaban ciertas partículas de esta capa”, comentó Marcelo.

Quien además agregó que, entre otros aspectos importantes de estos ecosistemas, la Antártica regula fuertemente el clima de otras zonas del planeta y ambos lugares permiten el resguardo y desarrollo de una vida silvestre importante para el mundo.

Entre los grandes desafíos para los equipos de investigación en la Antártica, se encuentra contar mayores sensores especializados que podrían ayudar a predecir posibles fenómenos naturales, explicó el biólogo y miembro del departamento científico del Instituto Antártico Chileno INACH.

  1. La Antártica, un blanco para el cambio climático   

    El continente blanco y Groenlandia -enorme isla y un territorio danés autónomo entre los océanos Atlántico Norte y Ártico- son los lugares que más están siendo afectados por el cambio climático y sobre todo la Antártica Occidental, donde Chile tiene su reclamación territorial.

    “Esto es paradójico. Por un lado, el medio ambiente antártico es el más protegido del planeta, gracias al Protocolo Ambiental de 1991. Por otro, está amenazado por el cambio climático, que ocurre porque los mismos países que son miembros del Tratado no toman las medidas necesarias para reducir sus emisiones de CO2”, comentó Alejandra Mancilla, agregando que es de suma importancia comprender, que las acciones que cada país ejecuta en casa afectan también a la Antártica.