Reporteros del fin del mundo

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  • 4 Julio, 2019

Ocho niños y niñas pertenecientes a la Escuela Ignacio Carrera Pinto de Villa Cameron, en la Provincia de Tierra del Fuego, están aprendiendo distintas habilidades periodísticas para lanzar su propio canal de televisión, un proyecto que es apoyado por toda la comunidad de Timaukel.

Tienen luz eléctrica hasta la medianoche, a veces no cuentan con agua caliente porque se congelan las cañerías, y la calefacción es principalmente a leña. Así es la vida en Villa Cameron, en la comuna de Timaukel en Tierra del Fuego, a 347 kilómetros de Punta Arenas. Pese a la falta de conexión con otras comunas de la provincia, los niños y niñas de la Escuela Ignacio Carrera Pinto –único establecimiento de la zona– se las arreglan para entretenerse.

Conceptos básicos del periodismo y cámara fueron parte de las actividades organizadas por el equipo del PAR Explora Magallanes.

Es por eso que la comunidad educativa decidió crear un canal de televisión para ellos, el que lanzarán el segundo semestre. Para ello se les realizó un taller básico de periodismo, donde pudieron aprender conceptos de comunicaciones, postura ante la cámara y cómo hacer preguntas. La idea, aseguran desde el establecimiento, no es sólo informar a la comunidad sobre las actividades que se realizan en la escuela, sino también desarrollar en los estudiantes habilidades de vocabulario, modulación, generación de ideas, y que estén al tanto de la contingencia nacional y regional.

En el taller de comunicaciones, realizado en julio de este año, los niños y niñas dieron a conocer parte de su quehacer diario, y compartieron con el equipo del PAR Explora Magallanes cómo es vivir en un lugar tan aislado como este. La tranquilidad y disfrutar en familia es lo que más les gusta.

347 kilómetros separan a Villa Cameron de Punta Arenas. El viaje dura aproximadamente 6 horas (dependiendo del clima) e incluye cruce en barcaza por el estrecho de Magallanes y caminos de ripio.

“A veces los del puesto 6 (lugar donde viven algunos cuidadores de campo) me invitan y voy junto a mis amigos a andar a caballo. Y mientras los ovejeros trabajan cuidando a las vacas y las ovejas, nosotros recorremos el lugar y disfrutamos los paisajes”, cuenta Germán García, de 13 años.

Por su parte Carla Vidal asegura que lo mejor es poder jugar con sus compañeros y compañeras de curso, que también son sus amigos. “Como somos poquitos nos conocemos entre todos, y salimos a jugar siempre después del colegio. Salimos más los fines de semana, pero como ahora oscurece mucho antes no lo podemos hacer mucho”, explica la joven de 12 años.

Fiesta del Fuego

Para el establecimiento, parte del desafío de que se realizara este tipo de taller era potenciar las habilidades de los escolares para relacionarse con su entorno. En esta línea, la tarea final de la actividad fue salir a reportear durante la Fiesta del Fuego.

Esta festividad, que este año tuvo su segunda versión, se caracteriza por prender la “fogata más grande de Chile” conmemorando el solsticio de invierno –o la noche más larga– y rindiendo un homenaje a los Selknam, pueblo originario que habitó gran parte de lo que más tarde los colonizadores nombrarían como “Tierra del Fuego”.

“Para nosotros fue súper significativo (realizar este taller) porque es darle igualdad de oportunidades a todos los niños y niñas. Si bien estamos aislados, tratamos de brindarle todas las herramientas al igual como lo tendrían en cualquier otra escuela”, manifiesta Melissa Cid, directora del establecimiento.

Con libretas en mano, en grupo de dos y tres, los niños y niñas se armaron de valor y comenzaron a preguntar a los asistentes qué les parecía el evento, si lo estaban disfrutando y si esperaban volver a repetir la experiencia el próximo año. Algo que el público presente valoró.

“Para nosotros fue súper significativo (realizar este taller) porque es darle igualdad de oportunidades a todos los niños y niñas. Si bien estamos aislados, tratamos de brindarle todas las herramientas al igual como lo tendrían en cualquier otra escuela“, manifiesta Melissa Cid, directora del establecimiento.

A su vez, asegura que el aislamiento no es problema para acercar la ciencia y la tecnología a la comunidad educativa. “Contamos con muchos materiales, pero sí creo que nos falta contar con más capacitación para los profesores. Creo que son ellos los que requieren más herramientas para incentivar la ciencia en los niños y niñas de nuestra escuela”.

Luego de su taller y noche de reporteo en terreno, los escolares ya comenzaron las grabaciones de su canal piloto, el que esperan lanzar en agosto de este año. Con él pretenden demostrar lo aprendido, informar a la comunidad sobre sus actividades y seguir reporteando y comunicando desde Timaukel para el mundo.

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