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Niños y niñas curiosos: El desafío de la enseñanza científica en la educación parvularia

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  • 2 Octubre, 2019

Pese a que poco a poco la ciencia logra tomar un rol en el aprendizaje de los estudiantes del país, aún existen limitantes y dificultades para potenciar las habilidades científicas en la primera infancia. Fomentar las preguntas en niñas y niños, y especializar a los equipos técnicos, asoman como las principales tareas para cimentar la cultura científica en los párvulos.

Curiosidad: Dícese del deseo de saber o averiguar una cosa. Este comportamiento es innato en los seres humanos y, desde temprana edad, nos estamos cuestionando el porqué de las cosas, el significado de lo que ocurre a nuestro alrededor o, simplemente, el encontrarle una explicación -lógica o no – a lo que acaba de ocurrir frente a los ojos, oídos o cualquier otro sentido.

Muchos adultos dejan de ser curiosos, ya sea porque la capacidad de asombro se extravía o por la vergüenza que conlleva mostrarse “ignorante” frente a un determinado tema. Es ahí cuando uno recuerda su infancia y esa habilidad que teníamos para poder cuestionar lo que no tenía una explicación que satisficiera nuestra duda.

“Los niños y niñas son curiosos, interesados, habitan el mundo desde sus cuerpos, sienten, piensan, se emocionan frente a mundo y frente a sí mismos. Desde que nacen exploran y descubren, transforman y experimentan y vuelven a transformar lo que les rodea”, explica la Dra. Rossana Godoy, Coordinadora de Prácticas de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad de La Serena.

La educadora Victoria López con sus estudiantes

No son pocas las veces en que la divulgación de la ciencia se suscribe netamente al mundo adulto, dejando de lado lo que pueda ocurrir en la etapa escolar y mucho más apartada aún de lo que suscribe en el área de párvulos. No obstante, diversos estudios y especialistas declaran que es en esta edad que comienza a forjarse el pensamiento crítico y otras habilidades.

De acuerdo con The Open University en su estudio “Programas eficaces para la primera infancia” referenciado en un reportaje del PAR Explora RM Sur Poniente, este es un “período crucial para el desarrollo y el aprendizaje, y una vitrina de oportunidades de importancia decisiva”. En tanto, para la investigadora y educadora Marcela D’Achiardi, trabajar con estos temas en los niños y niñas “es la base para la toma de decisiones cotidianas acertadas, en relación con el cuidado ambiental y los seres vivos que habitan allí”.

Experiencias en el aula

Poco a poco la ciencia va ganando un papel importante en la enseñanza de los párvulos. No se puede comparar con lo que se realiza en las áreas tradicionales como las matemáticas o el lenguaje y que se profundiza en el aula, pero sí se ha convertido en una opción para profundizar habilidades en la primera infancia.

“Mientras me desempeñé en aula, al tener como objetivo desarrollar aprendizajes de manera integral y equilibrada, siempre trabajé con niños y niñas experiencias de aprendizaje relacionadas con contenidos de exploración del medio natural”, comenta Constanza Meza, quien en la actualidad es la coordinadora pedagógica de Fundación Integra.

Hace algunos años participó activamente de la iniciativa Tus Competencias en Ciencias, un modelo de competencias que busca potenciar habilidades y actitudes científicas en párvulos, “los niños/as esperaban con ansias el periodo científico y participaban con entusiasmo, ya que en cada sesión experimentaban y descubrían un nuevo aprendizaje, manipulando e interactuando con materiales concretos y novedosos para ellos”.

“Los niños y niñas son curiosos, interesados, habitan el mundo desde sus cuerpos, sienten, piensan, se emocionan frente a mundo y frente a sí mismos. Desde que nacen exploran y descubren, transforman y experimentan y vuelven a transformar lo que les rodea”, explica la Dra. Rossana Godoy

Para Jenny Cisternas, educadora de párvulos y encargada del jardín Ricitos de Oro, el trabajo con contenidos científicos en el aula siempre ha sido una labor que involucra en sus propuestas pedagógicas. “Comencé haciendo pequeños experimentos que sorprendían a los niños y niñas, hacía ‘trucos de magia’ esperando cautivarlos con cada experimento y ver sus caritas de sorpresa. Esto fue hasta que comprendí que para los niños y niñas es más importante y enriquecedor conocer por qué suceden los hechos, cómo suceden, qué es lo que lo provoca y que mucho de lo que hacemos es ciencia, y no magia”.

Similar opinión tiene su colega Francisca Monardes, educadora de párvulos del jardín infantil Los Grillitos de Coquimbo, al destacar que más allá de la enseñanza formal que puede aplicar en el aula, son las actividades recreacionales las que logran poder ir cultivando este acercamiento positivo hacia la ciencia, “a través del juego y la exploración podemos observar qué es la ciencia. No se necesita una macro experiencia de aprendizaje para que uno pueda desarrollar ciencia. O sea, de forma natural los niños y niñas van desarrollando ciencia desde los primeros años de vida”.

Constanza Meza trabajó hace algunos años en el Jardín Dulce Mirada

Diversas dinámicas son las que van realizando las educadoras para poder lograr ese acercamiento y lograr que los infantes vayan internalizando que, lo que ocurre alrededor suyo tiene una explicación, que las cosas no van apareciendo por arte de magia y que ellos mismo pueden encontrar respuestas que le satisfagan sus dudas. “Mi experiencia en el desarrollo de iniciativas y el aprendizaje de las ciencias en párvulos, ha permitido que potencien habilidades innatas en niños y niñas; a través de su curiosidad y utilizando como medio la exploración e indagación, construyen su propio aprendizaje sobre su entorno, descubriendo su medio de una manera diferente”, explica Victoria López, Educadora de Párvulos de la Escuela Eusebio Lillo.

Diversas dinámicas son las que van realizando las educadoras para poder lograr ese acercamiento y que los infantes vayan internalizando que lo que ocurre alrededor suyo tiene una explicación, que las cosas no van apareciendo por arte de magia y que ellos mismos pueden encontrar respuestas que le satisfagan sus dudas.

A medida que van ejecutando las actividades planificadas, ya sea por programas formales de educación en ciencia, o por las propias experiencias que van detectando las profesionales, los niños y niñas logran tomar consciencia de sus propias responsabilidades en temáticas tan urgentes en los tiempos actuales, como el cuidado del medioambiente o la protección de los recursos naturales.

“La ciencia es un puente para conectar con el mundo natural y artificial. No podrían acontecer las experiencias científicas en la infancia, descontextualizando los ambientes pedagógicos de los espacios naturales y de las instalaciones que permiten hacer ciencia… se trata de favorecer la construcción de relaciones y descubrimiento de significados que permitan explicarles el mundo y a sí mismos”, detalla la Dra. en Educación, Rossana Godoy.

Los desafíos de la ciencia para párvulos

Pero por más que existan avances en esta materia, sigue habiendo desafíos para esta disciplina y es necesario que poco a poco se vayan aunando los criterios en el trabajo, generando un acercamiento -en primer lugar- por parte de las educadoras, para luego poder traspasar lo aprendido a los más pequeños.

“Considero que lo grandes desafíos en educación parvularia comienzan en la formación de las futuras educadoras de párvulo. Existe una enseñanza carente en el ámbito de las ciencias por lo que el conocimiento en realidad no es suficiente y la practica pedagógica en ocasiones requiere de ser potenciada”, destaca Francisca Monardes.

Para las educadoras, es ideal poder cimentar las bases en el plano del cómo se están formando a las futuras profesionales y los conocimientos que irán aplicando en el día a día, “en muchos establecimientos de formación profesional que imparten la carrera de educación parvularia no existe una inducción en la enseñanza de ciencias para párvulos, y esto es la base para que educadores (as) continúen desarrollando experiencias significativas y que promuevan la indagación a través del juego”, explica Victoria López.

Pero no sólo existen metas en el plano académico. El sacarse los aprendizajes preconcebidos y los “mitos” científicos, también es una mirada a considerar en la educación parvularia, “uno de los principales desafíos de enseñar ciencias en educación parvularia, es sacarnos el estereotipo de que el científico es aquella persona extravagante vestida de delantal blanco, que se dedica a mezclar formulas explosivas… tenemos que comprender que el desarrollo de la ciencia se encuentra en nuestro entorno, en la exploración”, reflexiona Constanza Meza.

“Considero que lo grandes desafíos en educación parvularia comienzan en la formación de las futuras educadoras de párvulo”, destaca Francisca Monardes.

Dicho esto, es propicio que las educadoras no sólo presenten contenidos en un pizarrón, sino que también sean capaces de mostrar lo que ocurre alrededor; desde el patio de la casa, hasta la sala de juegos del establecimiento. “Es importante que el educador se sitúe en cualquier ambiente educativo de escuela, jardín o en casa, y lo reconozca como un nuevo escenario posible para hacer ciencias y explicarse el mundo”, relata Godoy.

Finalmente, el consejo que dan los especialistas es que las educadoras de párvulos puedan mediar en la aplicación de estos conceptos, que vayan guiando el trabajo, pero también dejen en libertad al niño o niña, y que de esa forma fomente su pensamiento y active la curiosidad. Dicho de otra forma, y explicado en simples recomendaciones por la Dra. Rossana Godoy, es importante que las profesionales logren “favorecer los diálogos y preguntar a los párvulos acerca de lo que observan, así también han de interpelarlos para desestabilizar sus certezas y responderle tentativamente, ojalá con nuevas preguntas”.

 

 

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