Ya sea entregando las guías a los apoderados o mediante interacciones en plataformas virtuales, las clases se tuvieron que renovar producto de la pandemia en los distintos establecimientos educacionales. Estas son las historias de docentes y estudiantes, que de un día para otro tuvieron que empezar a aprender desde un computador.
Nota por: Lorena Muñoz Bustamante
Actualmente nos encontramos viviendo una de las crisis sanitarias más grandes de los últimos años a raíz de la expansión del virus COVID-19, lo que ha significado cuarentenas totales en países como China, España e Italia, cierres de fronteras alrededor de todo el mundo, toques de queda a nivel nacional, entre otras muchas medidas que buscan detener el contagio de este virus. Es en este sentido que Chile no ha quedado indiferente a esta pandemia, ya que se han debido implementar medidas para cuidar la salud de todos los habitantes del país. Una de las más importantes ha sido el utilizar el método de clases online y trabajo remoto.
Es por lo anterior que toda la comunidad educativa ha tenido que enfrentar este desafío sobrellevando la situación, implementando innovadoras ideas para que los objetivos curriculares se cumplan, en medio de la emergencia sanitaria que vivimos en el país.
El desafío de enseñarle a los nativos digitales
Los educadores se han llevado una gran responsabilidad a la hora de trabajar de manera remota, ya que son los encargados de guiar a sus estudiantes, adecuándose a cada contexto particular donde ellos trabajan y llegando a acuerdos entre toda la comunidad escolar. Además, para muchos esto ha sido un desafío y han tenido que aprender de las nuevas tecnologías, herramientas que, para niños, niñas y adolescentes, no son materia desconocida, por su propia condición de ser considerados nativos digitales y crecer junto a ellas.
La educadora de párvulo, Carla Bravo, docente del colegio Golden Hind School de Coquimbo relata que “se llegó a un consenso a nivel de Establecimiento de enviar vía página web del mismo, material semanal para los alumnos, donde reforzamos diferentes áreas y habilidades; se envían guías y links lo más interactivos posible”. La profesional declara que, debido algunas barreras de conectividad, han tenido que encontrar otras estrategias, “al ser mi colegio vulnerable, nos hemos encontrado con apoderados que no cuentan con internet, computador e impresora para descargar e imprimir el material, por lo cual prontamente entregaremos de manera física los materiales y damos orientaciones para las diferentes actividades que se confeccionan para los niños”.
En el colegio Domingo Santa María de la comuna de Vicuña, la profesora Constanza Cintolesi tiene a su cargo estudiantes desde cuarto básico hasta primero medio, quienes pueden utilizar por si mismos herramientas digitales. A pesar de ello, el proceso de adecuación no fue fácil, ya que explica que “al comienzo todo bien, armé rápidamente mi plataforma en Classroom. Al poco andar me di cuenta de que el feedback por parte de los estudiantes era bajísimo y me preocupé”. Debido a esto, la docente decidió hacer una encuesta online a sus estudiantes para tener un catastro de cuantos realmente podían acceder a estas plataformas y que tanto manejo en internet tenían.
“Así me di cuenta que por más que buscará aplicaciones para grabar videos entretenidos, solo algunos podrían verlos y pocos enviarme sus respuestas para poder retroalimentarlos y dar una continuidad al proceso de enseñanza-aprendizaje”, nos comenta. Entonces, ¿cómo se podría mejorar la experiencia de educación dadas las condiciones locales y el escenario nacional? Constanza opina que se debe “enseñar a construir comunidades virtuales de aprendizaje”, es por esto que la profesora emprendió una iniciativa de enseñanza digital para su comunidad, “comencé hacerme cargo de lo que sí puedo mejorar y eso es enseñar competencias digitales tanto apoderados y estudiantes con el objetivo de poder construir efectivamente una comunidad de aprendizaje en un espacio virtual”, finaliza.
En la educación superior el panorama cambia, ya que la relación profesor-alumno es más independiente y autónoma, pero igualmente han tenido que enfrentar este proceso de adaptación hacia una enseñanza poco clásica. “Todo esto es nuevo para mí, sobre todo porque no estoy acostumbrada al uso de estas tecnologías, pero el sistema es amigable, por lo menos para comenzar con el proceso. Sin embargo, y como kinesióloga, me preocupa de qué manera se resolverá todo lo que involucra práctica en las asignaturas, ya que sí o sí es necesario”, cuenta sobre lo que vive la docente del Instituto Profesional de Chile, Karla Gamboa.
“Así me di cuenta que por más que buscará aplicaciones para grabar videos entretenidos, solo algunos podrían verlos y pocos enviarme sus respuestas para poder retroalimentarlos y dar una continuidad al proceso de enseñanza-aprendizaje”
Asimismo, la docente de la Universidad de La Serena (ULS), Dra. Arlyn Orellana, nos cuenta que esto ha sido un proceso agridulce ya que “tiene sus lados positivos y negativos, ha sido muy bueno poder poner a disposición de los estudiantes mucho material y en este caso delegar también responsabilidad en el trabajo que ellos tienen. A fin de cuentas, nosotros somos simples facilitadores y estamos ahí para ayudar, guiar. He usado la plataforma Moodle de la ULS para tareas o pruebas y Zoom para hacer clases y disertaciones evaluadas. Confiesa sentirse mucho más cómoda con la enseñanza presencial ya que esta le permite tener una mayor retroalimentación con sus estudiantes pero que, dadas las circunstancias, señala que “a estas alturas, especialmente para nosotros, es absolutamente necesario el sistema online y está funcionando bien. Es un buen paliativo para el momento en el que nos encontramos”.
Los estudiantes y el trabajo remoto: una cuestión de autonomía
El desafío no solo viene de la mano de los docentes, sino que los alumnos deben realizar un trabajo propio para lograr este proceso de aprendizaje. Así lo confirma el estudiante de la Universidad Santo Tomás de La Serena, Ignacio Aguilera, quien ha tenido clases mediante una aplicación llamada Microsoft Team, que implementó su casa de estudios. Hoy más que nunca los alumnos se hacen conscientes de su propia responsabilidad al momento de estudiar, de hecho, Ignacio cuenta que se ha debido acomodar a las situaciones, “los lunes, martes y miércoles tenía práctica, pero como se suspendió por la contingencia, esos días ahora los ocupo para ordenar material, descargar libros, entre otras cosas”.
En Inacap La Serena, el proceso ha funcionado bien según afirma Héctor Maluenda, alumno del establecimiento, señala que “las clases han sido bastante normales, es básicamente una conversación con el profesor, este nos sube las guías y el material de estudio a la plataforma y nosotros las desarrollamos, el tiempo de clase se utiliza para revisar y despejar dudas, es muy parecido a las clases normales”. Por su parte, Felipe Rojas, estudiante de la ULS nos comenta que los profesores “hacen las clases online en los mismos horarios que se hacia la clase presencial” esto les ayuda a seguir una rutina diaria de clases y estudio. Además, a Felipe le ha tocado realizar trabajos grupales, situación que afronta utilizando Google Drive y video llamadas, “hay que adaptarse a la nueva modalidad, cuesta porque no es lo mismo que presencial, sino que online todo se hace diferente pero solo queda adaptarse”, comenta.
El estudiante de 3º medio del Liceo San José María Escrivá de Balaguer de Coquimbo, Aarón Alfaro, cuenta que la clave de su estudio online ha estado en su organización, para lograr entregar a tiempo las tareas y actividades que le envían sus profesores. “Yo hice primero las cosas que menos me dificultaban para enviarlas primero y no tener problema después con las fechas finales, las hice mucho antes para que después solo me quedara lo más difícil y así poder dedicarles más tiempo”. Además, el estudiante recalca que un aspecto positivo de la situación es que, además de evitar el contagio de los alumnos por Covid 19, es que “si uno quiere especializarse más en alguna unidad puede buscar en internet y hacer una investigación más profunda”.
La clave en todos los relatos ha sido la innovación y creatividad, junto con la organización y la capacidad de adaptabilidad. Estas parecen ser las directrices claves para afrontar este proceso con éxito y lograr salir de la emergencia de salud con un proceso de enseñanza-aprendizaje donde todos los integrantes de este sistema salgan satisfechos con lo realizado.
*Este reportaje es parte de la edición 13 de la Revista El Explorador, puede leer todas las entrevistas y noticias de forma completa acá: issuu.com/exploradormagazine/docs/el_explorador_13
