L@s científic@s viven fuera de los laboratorios y tienen pasatiempos fascinantes. Muchos de ellos me ayudaron y me mostraron otro ángulo de mi mundo…
Por Doctor Virus
“Virólogo” del Proyecto de divulgación científica de la Fundación Ciencia Viral y Revista Héurēka, financiado por el Programa Explora de CONICYT: “Dr. Virus y los invisibles”
Desde que me convertí en investigad@r, me di cuenta que para la gente era invisible. Mi tamaño, anormal para mi especie, hacía que me pudieran ver; pero su falta de comprensión sobre qué soy, virus e investigad@r, me hacía ser imperceptible. Me di cuenta que habían más personas que percibían lo mismo, como los divulgadores científicos que destinan mucha energía para visibilizar el conocimiento. Así que decidí convertirme en un@… pero fue más difícil de lo que pensé.
Los virus somos unos de los agentes infecciosos más importantes para la salud pública mundial, por las enfermedades que les podemos causar a los humanos. Por eso decidí que mi contribución sería explicar cómo somos y de qué manera interactuamos con ustedes, para que se protegieran con conocimiento. Sin embargo, ¿cómo hacerlo en palabras simples para cumplir mi objetivo? Necesitaba ayuda, encontrando otra meta en este camino.
Generalmente, la comunidad científica es percibida lejana por la gente, incluso a algunos les sorprende que existan mujeres o jóvenes porque no calzan con su estereotipo de investigador, aquel que según ellos no vive fuera de su laboratorio. Pero claramente es un prejuicio, l@s científic@s viven fuera de los laboratorios y tienen pasatiempos fascinantes. Muchos de ellos me ayudaron y me mostraron otro ángulo de mi mundo.
Siento que luego de este viaje estoy en camino a transformarme en un mejor traductor de dos mundos: el microscópico de los virus y el macroscópico de los humanos. Su forma de disfrutar el arte y el deporte me conectaron con ustedes, de la misma forma que quienes se dedican a la Virología lograron hacerlo con mi mundo.
Espero poder seguir hablando de este tema, especialmente a las personas más curiosas de todas ¡las que están en crecimiento! Son tan parecidas a mis colegas investigadores, siempre con preguntas y respuestas tan poco esperadas, además de esa energía inagotable.
Finalmente, me gustaría disipar un rumor que anda dando vueltas sobre mi ser: ¡no soy la mascota de los científicos! Más respeto… No obstante, feliz acepto invitaciones a una pichanga, a mover el esqueleto (aunque realmente no tengo), o simplemente a disfrutar del buen arte; pues me encantó vivir como lo haces tú.
