Home / Coquimbo / Noticias

Columna de opinión: Una oportunidad para nuestras costas

IMG_6148
  • 1 Marzo, 2021

María Valladares Antón

Licenciada en Ciencias del Mar

Máster Gestión Integrada de Áreas Litorales

Surgencia ONG

Cada verano, miles de turistas viajan cientos de kilómetros para disfrutar de las extensas y bellas playas de la Región de Coquimbo, huyendo de grandes urbes cubiertas de cemento y en las cuales la naturaleza sólo se vislumbra a través de un horizonte contaminado.

Sin embargo, diversos impactos y amenazas a nivel local, regional y global están destruyendo el litoral de nuestra región, a la par que la planificación territorial, legislación, y fiscalizaciones existentes no son suficientes para detener esta pérdida ambiental y socio-económica.

Y he aquí una paradoja, ya que estas playas que anhelamos todo el año, están siendo destruidas bajo un modelo de desarrollo cuya ineficiencia ya ha sido más que demostrada a nivel internacional.

Un ejemplo notorio se encuentra en las costas españolas, que actualmente posee provincias con más del 60% de su litoral urbanizado. Informes oficiales ya alertaron hace casi 20 años, de que el modelo de desarrollo urbanístico era insostenible y vaticinaban la pérdida de playas y de los servicios ecosistémicos que éstas proveen. Y efectivamente, pocos años después, la institucionalidad pública ha tenido que hacer frente a estas consecuencias, con grandes pérdidas económicas en el sector turístico o directamente en propiedades privadas construidas a pie de playa que se desmoronan debido a las marejadas, eventos extremos como los que observamos en Chile y que serán más recurrentes con el cambio climático. Para contrarrestar esta erosión y pérdida de arena, regenerar playas en España se ha vuelto cada vez más frecuente: inicialmente esta intervención surgió con el fin de sostener el turismo, para derivar en los últimos años en una solución de largo plazo integrada con otras acciones paralelas, cuyo objetivo final es “deconstruir la costa”. ¿Y a qué se refieren con este término? A reconstruir el litoral para facilitar que la naturaleza recupere su espacio, y de esta forma podamos de nuevo beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos (protección ante eventos extremos, biodiversidad…). Sin embargo, esta “deconstrucción” requiere de una alta inversión pública, con ejemplos en la costa Mediterránea que alcanzan hasta 7700 millones de pesos chilenos de inversión para regenerar 3.4 km de litoral (lo que equivale al 36% de playa medida entre El Faro en Serena y playa Changa en Coquimbo), con el fin de que este actúe como defensa costera.

En la actualidad, Chile tiene la gran oportunidad de aprender de errores ajenos, de no repetirlos y evitar continuar con el mal comprendido “desarrollo”. Chile tiene en su mano apostar por otra forma de intervención y desarrollo socio-económico en su zona costera, cuyo objetivo sea valorar, proteger, preservar, conservar y mantener sus ecosistemas costeros, permitiendo que la naturaleza ocupe el espacio que le pertenece.

Hoy en día, la región presenta una alta intervención y pérdida de ecosistemas costeros, y para detener esta tendencia, se requiere de un cambio de paradigma que surja de un fuerte compromiso y colaboración entre instituciones públicas con competencia en la zona costera y cuencas, privados, científicos y ciudadanos(as) que trabajen hacia una planificación territorial, legislación y fiscalización efectiva e integrada. Debemos evitar que, en unos años, miremos hacia el pasado y nos lamentemos de no haber actuado a tiempo, cuando ya existían antecedentes internacionales y advertencias de la comunidad científica; cuando conocimos ejemplos de otros países que destruyeron su costa y sólo encontraron soluciones temporales a muy alto costo para recuperarla.

Continuar con el modelo actual de desarrollo es la crónica de una muerte anunciada, la muerte de la costa que sostiene nuestro bienestar. Aún estamos a tiempo de cambiar el paradigma y permitir que las generaciones futuras puedan conocer y disfrutar de un patrimonio natural que también les pertenece y que les estamos arrebatando a pasos agigantados.

Foto referencial: Sol Pacheco

ETIQUETAS:

COMPARTE: