“En la actualidad una problemática es que como adultos no nos estamos ocupando del tema como debe ser porque muchas veces no dimensionamos el daño que se puede generar”, reflexiona el autor.
Por: Sebastián Tapia, Psicólogo educacional
El concepto de Bullying a pesar de no ser parte de nuestra lengua madre, socialmente tiene un significado coloquial que no es ajeno “al ciudadano de a pie”. Entendemos sin dificultad que tiene que ver con el acto de agredir a otro dentro del contexto escolar, que puede ser físico, verbal o psicológico y que genera victimización en el afectado. Hasta ahí vamos bien. En términos prácticos es identificable y todos (se supone) como adultos tenemos una visión crítica y condenadora del fenómeno. El Bullying siempre ha existido, no es nuevo, sólo que ahora tiene mayor visibilidad, se habla del tema con mayor libertad, se busca prevenirlo intencionadamente y los niños, niñas y adolescentes tienen más herramientas para poder verbalizar lo que les sucede (nuevamente, se supone).
Creemos que lo que pasa en la “vida virtual” queda ahí, pero nos olvidamos (o no sabemos) que para un adolescente el mundo virtual es igual de significativo que el “mundo real”.
Las actuales generaciones se enfrentan a una evolución del concepto: El CyberBullying, el cual incorpora las tecnologías como medio para generar burla o daño en los pares. ¿Existe responsabilidad de los padres en la prevención del Cyberbullying? Incuestionablemente sí. Aquí no hay dudas en la respuesta. Otras preguntas: ¿Usted como padre está listo para trabajar la prevención con su hijo o hija? ¿Sabe usted de redes sociales? ¿Conoce las distintas redes sociales, aplicaciones y usos que le da su hijo o hija? Aquí la respuesta quizás ya no es tan tajante. Haga el primer ejercicio práctico y pregúntese: ¿Qué redes sociales conozco? Luego pregúntele a su hijo: ¿Qué redes sociales o aplicaciones utilizan ellos? Le garantizo que se va a sorprender.
Recuerde: No se puede enseñar de lo que no se sabe. La tecnología es parte de nuestro uso diaria, llegó para quedarse y cambió todos los ámbitos de nuestra vida. En la actualidad una problemática es que como adultos no nos estamos ocupando del tema como debe ser porque muchas veces no dimensionamos el daño que se puede generar. Creemos que lo que pasa en la “vida virtual” queda ahí, pero nos olvidamos (o no sabemos) que para un adolescente el mundo virtual es igual de significativo que el “mundo real”. Estamos a acostumbrados a creer que la principal victimización se genera de forma física pero la evidencia nos muestra que las redes sociales pueden generar victimización igualmente significativa. Se puede ejercer daño, abuso o maltrato sin tocar a la otra persona.
¿Qué hacer como padres? La educación que ejerzan tiene que estar basada en la experiencia y en el conocimiento. Entonces… ¿qué hacer? Aquí van una serie de recomendaciones prácticas:
– Los niños, niñas y adolescentes deben entender que el uso de celulares inteligentes y redes sociales, así como los juegos en línea o consolas de videojuegos son un privilegio, y por lo tanto tienen que responder adecuadamente para poder usarlos y mantenerlos. Deje en claro que el uso de ellos es un préstamo y que están sujeto a ser retirados ante el mal uso que se le pueda dar.
– Pregúntele a sus hijos por qué usan las diferentes aplicaciones que tienen, cual es el atractivo de cada aplicación, por qué se entretienen en eso, etc.
– Pidan abiertamente que les muestren cómo se usan las aplicaciones, siéntense a jugar con sus hijos en la consola de videojuegos.
– Hablen directamente sobre las consecuencias del mal uso de las tecnologías.
– Manifieste que no existen contraseñas o claves secretas de acceso. Usted como adulto debe tener completa libertad (respetando la autonomía progresiva de su hijo o hija) en poder acceder a las cuentas sociales.
Con estas pequeñas pero significativas medidas usted estará trabajando la prevención y el fortalecimiento de factores protectores en sus hijos, lo cual será fundamental para disminuir la brecha generacional respecto al uso de tecnologías y la prevención del Cyberbullying u otros fenómenos asociados.
