Un equipo de Medicina e Ingeniería de la Universidad de Chile está diseñando una aplicación para estimular cognitiva y físicamente a los adultos mayores internados en clínicas u hospitales, y protegerlos frente al muy común síndrome confusional agudo.

Se manifiesta siempre de golpe, como si una niebla fuera despojando de sentido lo que nos rodea. Las ideas van perdiendo claridad, los rostros parecen extraños y los lugares resultan ajenos. El delirium o síndrome confusional agudo (SCA) es un trastorno cognitivo que se desarrolla con frecuencia entre los adultos mayores que son internados en hospitales y clínicas —debido al cambio de ambiente, la falta de estímulos y el consumo de fármacos, entre otros factores—, generando en los pacientes desorientación espacio-temporal, problemas de sueño y alucinaciones.
Su prevalencia es extraordinariamente alta: entre el 50% y el 70% de los adultos mayores que son internados en unidades críticas (UTI) lo sufren, y cerca del 30% de los que están en sala común. Los pacientes experimentan una alteración seria en sus capacidades cognitivas: les suele fallar la memoria, les cuesta modular y sostener una conversación, y tienden a divagar. Pueden llegar a perder la independencia motora y tener dificultades en la recuperación post-operatoria.

Esteban Tobar

Eduardo Tobar, médico cirujano, lidera el proyecto Fondef.

—A los pacientes que presentan delirium les va mucho peor: desarrollan más complicaciones y tienen mayor peligro de muerte —dice el cirujano Eduardo Tobar, especialista en medicina intensiva de la Universidad de Chile—. Cuando se van a casa continúa el deterioro mental y la sobrevida es mucho menor.
Considerando que la población chilena está envejeciendo —según un informe de la OCDE, para 2050 el 43% de los chilenos tendrá 65 años o más, y en 2075, el 61,2%—, el manejo del delirium en la tercera edad es un asunto de urgencia. Por eso, el doctor Tobar está liderando un proyecto Fondef para disminuir su aparición en pacientes, mediante un innovador software de acompañamiento.
—Ciertos estándares de calidad en la atención ayudan mucho para prevenir el delirium —asegura el médico—. Disminuir en lo posible el consumo de fármacos, aumentar el movimiento del paciente y su contacto familiar, asegurarse de que siga usando sus lentes, sus audífonos. Una serie de medidas básicas que bajan en un 50% la posibilidad de sufrir este síndrome, pero su aplicación en países como el nuestro, con baja capacidad de recursos humanos en hospitales, es difícil.
Por eso, Tobar y su equipo, compuesto por investigadores de la Facultad de Medicina y de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile , decidieron diseñar una app para tablets —con una experiencia de usuario pensada para pacientes de tercera edad—, que no necesitara ninguna supervisión del personal del centro médico. Con instrucciones sencillas, la app, que todavía está en desarrollo y no tiene un nombre definido, les permitirá a los pacientes realizar diversos juegos de estimulación cognitiva y actividades físicas para conservar su movilidad y función motora.

“Hicimos entrevistas a adultos mayores y tomamos todas sus recomendaciones. Este es un programa desarrollado con los usuarios, diseñado para ellos y con ellos”, dice el cirujano Eduardo Tobar.

La aplicación, que funcionará en tablets que cada clínica o hospital deberá proveer a sus pacientes, le recordará al usuario constantemente la fecha y la hora, en especial luego de intervenciones que puedan desorientarlo, y le dará alertas para que no olvide el uso de lentes, audífonos o las medidas de higiene necesarias.
Entre los juegos que están diseñando habrá actividades para ejercitar la memoria, completar palabras u oraciones, o para trabajar con series de imágenes, sonidos y videos. La próxima etapa del proyecto será realizar un ensayo clínico, donde se evaluará la diferencia entre un grupo de pacientes que utilizan diariamente una tablet con la aplicación y otro que no, y se recogerán las precisiones necesarias de parte de los mismos pacientes. Con eso listo, se dará paso al lanzamiento.
—En la primera etapa del proyecto hicimos entrevistas a adultos mayores y tomamos todas sus recomendaciones, como, por ejemplo, sumar actividades con diferentes niveles de dificultad —dice Tobar—. Este es un programa desarrollado en conjunto con los usuarios, diseñado específicamente para ellos y con ellos.

Texto: Natalia Correa