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De Arica y Parinacota al mundo: Los desafíos después de la nominación de los Chinchorro

  • 29 Julio, 2021

Un verdadero tesoro, testimonio del paso del tiempo y cómo este trasciende a la muerte, son las Momias Chinchorro. Habitantes de miles de años, fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial, un privilegio único para los habitantes de Arica y Parinacota, pero también, para el mundo entero.

Con una práctica de momificación considerada como la más antigua del mundo, las momias cuentan con el máximo grado de protección patrimonial, el que desde hace ya varios años asumió la Universidad de Tarapacá y que se oficializó con la nominación en la que participaron el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el Ministerio de Relaciones Exteriores y que resultó del trabajo incansable de la casa de estudios local junto a personas de diversas instituciones de la región.

“Es un tremendo logro, fruto del esfuerzo y sacrificio. Como universidad estatal estamos al resguardo de este patrimonio y es algo que se asume con responsabilidad. Fueron años de un trabajo silencioso que terminó en el reconocimiento del valor universal y excepcional de las Momias Chinchorro”, señaló Sergio Medina, secretario ejecutivo del Expediente Chinchorro entre los años 2007 y 2018 y actual director de Extensión y Vinculación con el Medio de la UTA.

Los asentamientos de la Cultura Chinchorro nominados como Sitio de Patrimonio Mundial son tres: Faldeos del Morro y el Museo Colón 10, que destacan por ser los cementerios más importantes y representativos de la tradición funeraria Chinchorro, a los que se suma la desembocadura del río Camarones, donde es posible encontrar distintos vestigios de esta cultura, tantos funerarios como habitacionales.

Al respecto, Medina comentó que la siguiente tarea será superar algunas observaciones en estos sitios, así como articular acciones conjuntas entre servicios públicos y comunidades. “Es una responsabilidad mayor para la universidad que impone un reto tremendo, pero que asumimos con orgullo”, acotó.

Por su parte, el académico de la UTA y director del Centro de Gestión Chinchorro, Bernardo Arriaza, también ser mostró satisfecho por el reconocimiento de la UNESCO. “Es muy importante que Arica y Parinacota se continúe proyectando al mundo. Esto nos ayuda a extender nuestras investigaciones sobre los Chinchorro, la población más temprana que tenemos en la región”.

Arriaza destacó a la cultura de los cazadores, pescadores y recolectores como exponentes únicos a nivel universal. “No es algo megalítico ni monumental, si no que representan una Arqueología más simple. Su singularidad es que tienen una adaptación al desierto, a ambientes costeros y hace cinco mil años antes de Cristo, desarrollaron técnicas de momificación artificial muy complejas y elaboradas”.

El director destacó la importancia de continuar en la proyección del bien cultural, manteniendo su valor único y excepcional, articulando planes turísticos y de desarrollo para Arica y Camarones. “Esto incluye preservar los bienes in situ, manteniéndolos en buen estado y conseguir recursos más estructurales para poder proyectar en las comunidades, con las juntas de vecinos, en la educación, en el turismo, y en definitiva, para todos quienes quieran sumarse y utilizar los hallazgos arqueológicos como un polo de desarrollo”.

Años de trabajo

La postulación acumuló más de 20 años de trabajo y tiene su inicio en 1998, cuando el patrimonio fue incluido por Chile en la Lista Tentativa de Patrimonio Mundial. Una década más tarde la Universidad de Tarapacá (UTA) inició las investigaciones para elaborar el expediente de postulación, el que contó con el apoyo del Ministerio de las Culturas, el Gobierno Regional y distintas instituciones locales y nacionales y fue enviado a la UNESCO en 2020 tras la firma de la Ministra Consuelo Valdés. En su versión final, cuenta con casi 400 páginas de texto de postulación y 900 de anexos.

Entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 se llevaron a cabo a cabo diferentes instancias de evaluación por parte de la UNESCO, entre las que se contó una misión del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de UNESCO (ICOMOS) para conocer en terreno las condiciones de autenticidad, integridad y gestión de estos vestigios arqueológicos.

Al respecto Monica Navarrete, directora del Programa Explora Arica y Parinacota, indicó que” nos sumamos con mucha alegría y regocijo a esta celebración colectiva que muestra los resultados de una investigación científica que se entrega al servicio de la comunidad local y con  trascendencia mundial. Desde hace años venimos colaborando en el desarrollo de espacios de divulgación y valoración de la ciencia y la tecnología a través de charlas y conversatorios en torno a nuestra cultura regional. Junto a investigadores como Bernardo Arriaza y otros del Museo Arqueológico de Azapa, levantamos ‘Amaru y Suyai, descubriendo los secretos del Chinchorro’; un videojuego alineado al curriculum escolar y que fue entregado a los establecimientos para la valoración temprana de lo que hoy podemos indicar que es Patrimonio de la Humanidad”.

fotografías: Jorge García

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