Académico del Área Clínica-Asistencial del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la UCN entrega importantes consejos a la comunidad de la Región de Antofagasta, en vista del avance del coronavirus (COVID-19) en Chile.
Lavar las manos con agua y jabón es el llamado que ha hecho la autoridad sanitaria para prevenir el contagio del Coronavirus (COVID-19) en Chile. Considerando la relevancia de esta medida, es que el PAR Explora Antofagasta del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ejecutado por la Universidad Católica del Norte (UCN), conversó con el académico del Área Clínica-Asistencial del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la UCN, el químico farmacéutico, Mg. Sebastian Orellana, quien recuerda la importancia que implica el correcto lavado de manos en tiempos de pandemia.
El experto explica que el lavado de manos con agua y jabón es la mejor medida para prevenir enfermedades infecciosas. “Actualmente es la principal recomendación para evitar el contagio de COVID-19. El agua corriente y jabón han demostrado ser más efectivo que el uso de alcohol gel en la eliminación del virus de las manos. El jabón inactiva la propiedad del virus para infectar, además de facilitar la remoción de los microorganismos infecciosos, a través de la limpieza con agua corriente”, puntualiza.
Y añade que “un estudio publicado hoy (17 de marzo de 2020), analizó la estabilidad del virus en diferentes superficies. El Coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19 podría permanecer viable hasta por 4 horas en superficies de cobre, 24 horas en cartón, 48 horas en acero y hasta 72 horas en plástico. Por esto hay que ser enfáticos en el lavado frecuente de manos y en la limpieza de superficies con cualquier detergente o desinfectante diluido en agua”.
Mg. Sebastian Orellana, Químico Farmacéutico y académico del Área Clínica-Asistencial del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Católica del Norte.
FORMA CORRECTA DE LAVAR LAS MANOS
El académico del Departamento de Ciencias Farmacéuticas de la UCN enfatiza que la forma correcta del lavado de manos con agua y jabón debe ser frecuente antes de comer, después de ir al baño, antes de preparar alimentos, después de llegar de la calle, después de cada vez que se toque una superficie de la que se sospeche que pueda estar contaminada (barandas de bus, manillas de puertas, interruptores, botoneras de ascensores, entre otros).
“Cuando no se tenga acceso al agua y jabón, se puede utilizar alcohol gel, siempre y cuando las manos estén libre de material orgánico, por ejemplo, polvo, tierra y arena”, señala.
Considerando la relevancia del lavado de manos y también el cuidado del recurso hídrico, el químico farmacéutico, Mg. Orellana, explica que “la forma correcta para el lavado de manos es humedecerlas, aplicar jabón y frotar las palmas, el dorso, los dedos y uñas por al menos 20 segundos, luego enjuagar y secar. Durante este proceso es frecuente dejar corriendo el agua, lo que es ineficiente en tiempos actuales de sequía y escasez de recurso hídrico. Por lo que se recomienda, si es posible, de acuerdo al tipo de grifo, cerrar la llave de agua luego de humedecer las manos y abrirla con el codo al momento de enjuagar. Este proceso es posible de realizar en los grifos de tipo “monomando” o con sistema temporizado, no en los convencionales que se debe girar para abrir o cerrar el paso del agua”.
EL VITAL ELEMENTO EN MATERIA SANITARIA
-Desde su mirada como académico, ¿cuál es la importancia del agua desde el punto de vista sanitario?
-De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 2.000 millones de personas en el mundo se abastecen de agua potable contaminada con heces, la que puede transmitir enfermedades como la diarrea, cólera y la fiebre tifoidea. Se calcula que la contaminación del agua potable provoca más de 502.000 muertes por diarrea al año. Además, se pronostica que de aquí al 2025, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua.
A través de la historia, la humanidad ha presentado emergencias sanitarias que han puesto en jaque a la salud pública. Comunidades azotadas por la pobreza, guerra o sequías que evidencian limitado acceso al recurso hídrico sufren de problemas de salud como el cólera, que a nivel mundial mata a 100.000 personas al año; hepatitis A; o enfermedades respiratorias infecciosas. El fácil acceso al agua potable es el punto de inflexión para la prevención, tratamiento y contención de brotes de enfermedades infecciosas, junto con impulsar el crecimiento económico y contribuir a la reducción de la pobreza.
