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La importancia de los pueblos originarios en la observación y el estudio del entorno

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  • 29 Octubre, 2020

Sus conocimientos ancestrales en agricultura, minería, astronomía, caza, pesca, construcción, hidráulica y cuidado de la salud, entre otros, han contribuido al desarrollo de la ciencia moderna.

El saber ancestral de los pueblos originarios de la Región de Antofagasta ha sido fundamental para el desarrollo de la ciencia moderna. Sus conocimientos en agricultura, minería, astronomía, caza, pesca, construcción, hidráulica y cuidado de la salud, entre otros, se han constituido como las bases de las diversas actividades que se realizan en el mundo actual.

El arqueólogo y magíster en antropología, de la Universidad de Tarapacá (UTA), Néstor Rojas, explica que la relación entre los seres humanos y la naturaleza ha sido estrecha e interdependiente, facilitando la adquisición de conocimiento a través de la observación y la experimentación. Esto, desde cazadores recolectores hasta sociedades complejas, según precisa.

“Su conocimiento ancestral y cosmovisión, han permitido hacer frente y adaptarse exitosamente a los diversos fenómenos naturales acontecidos durante miles de años. Estas continuidades de saberes, que van desde el encausamiento de agua, terrazas de cultivo, hasta el abordaje de sequías e inundaciones provocados por eventos como ‘El Niño’ y ‘La Niña’, requirieron de pasos como la observación del entorno, de la formulación de preguntas, de la aplicación de métodos y de la obtención de resultados. Algunos de ellos, empleados actualmente en la aplicación del método científico”, detalla.

LEGADO ANCESTRAL

El investigador subraya que, por medio de expresiones materiales e inmateriales, los pueblos originarios han establecido los “basamentos identitarios” de la Región de Antofagasta.

“Su cultura, configura el vínculo entre nuestro presente con su legado ancestral, el que, sin duda, se exhibe en muchas de las prácticas que se llevan a cabo en el presente. Los saberes ancestrales ocupan un lugar central en la ciencia moderna, sus conocimientos sobre agricultura, minería, cuidado de la salud, pesca, caza, astronomía, hidráulica y construcción, sólo por mencionar algunos, son la base de las actividades que sostienen a diversas sociedades en el mundo”, puntualiza.

En esa línea, la administradora de la Unidad de Colecciones y Conservación del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo (IIAM), de la Universidad Católica del Norte (UCN); y estudiante del programa de Doctorado en Antropología (UCN-UTA), Jimena Cruz, expone que desde la etnohistoria y la memoria se ha podido conocer a las poblaciones andinas y su relación con el entorno.

“La importancia del conocimiento en fenómenos naturales ha sido y es fundamental en las comunidades andinas y, en mi caso, en mi comunidad atacameña, la observación a los astros, cambio en el ambiente y comportamientos de animales, son señales de fenómenos naturales que pueden ser propicios o dañinos, según sea el evento.  En este sentido, el conocimiento tradicional es igual de importante y relevante que los resultados de la ciencia occidental, ya que ambos conocimientos pueden complementarse, generando estudios con mayor riqueza”, expresa Cruz.

CIENCIAS SOCIALES Y CULTURA ATACAMEÑA

Las ciencias sociales son fundamentales para comprender la sociedad y el comportamiento humano. En ese contexto, la investigadora explica que esta rama de la ciencia ha posibilitado el desarrollo de temáticas de investigación, que abordan la historia del pueblo atacameño, desde períodos prehispánicos hasta la actualidad.

“Últimamente ha sido importante conocer el interés de investigar procesos medioambientales, de conservación y descolonización. Los estudios desarrollados han permitido construir una idea de ocupación del suelo atacameño. Existen, además, nuevos sistemas de investigación que se desarrollan de manera colaborativa, es decir, que los intereses de la ciencia estén ligados al interés de las comunidades originarias, donde los resultados científicos permitan a las comunidades sustentar demandas territoriales, derechos de agua, y otras problemáticas”, declara la administradora de la Unidad de Colecciones y Conservación del IIAM.

En tanto, el arqueólogo y magíster en antropología revela que debido al contacto cultural y proceso de hispanización, intensificado a partir del siglo XIX, se ha producido una pérdida gradual de territorio y costumbres del pueblo atacameño o Likan Antai.

“La importancia de las ciencias sociales radica, a mi juicio, en que sus investigaciones visibilizan de alguna forma, la realidad socio-cultural y socio-histórica de este pueblo (Likan Antai), ayudando a preservar sus manifestaciones culturales y reafirmando su territorialidad; instancia que resulta fundamental para vincular a la gente con su historia, a la vez que permite avanzar en políticas públicas en aras de reivindicar sus derechos”, añade Rojas.

El PAR Explora Antofagasta, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ejecutado por la UCN, ha realizado una serie de iniciativas para que la comunidad, en especial la escolar de la Región de Antofagasta, comprenda la importancia de la observación y el estudio del entorno que los rodea, de modo de desarrollar su capacidad de análisis y el pensamiento crítico.

Al respecto, el investigador se refiere a la relevancia de las ciencias sociales, teniendo en consideración el interés de estudiantes y docentes de la zona en profundizar en este tipo de conocimientos científicos.

“Cada una de las disciplinas que conforman las ciencias sociales tiene su propio encanto. El estudio de las sociedades del pasado como del presente, nos permiten obtener una especie de radiografía de un momento determinado de la historia. Es importante, dedicar un tiempo a mirar esta radiografía, puesto que nos otorga una comprensión de las sociedades humanas y de los elementos que lo conforman, facilitando la comprensión del estilo de vida alrededor del mundo. Lo que finalmente, resulta en el tiempo, una mejora de la calidad de vida de las personas”, finaliza.

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