Expertos/as de la Región de Antofagasta explican lo valiosas que son estas áreas del conocimiento y cómo ambas contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo de niños y niñas, logrando ampliar la mirada más allá de las denominadas “ciencias duras”.
Entendiendo la importancia de las ciencias sociales y las humanidades, el PAR Explora Antofagasta, ejecutado por la Universidad Católica del Norte (UCN), impulsó actividades que abordaron dichas áreas del conocimiento, a fin de que niños y niñas comprendan que las ciencias van más allá de las denominadas “ciencias duras”. Esto, puesto que las ciencias sociales y las humanidades son fundamentales para el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo, además de fomentar una mirada social y analítica de la sociedad en la que vivimos.
En el marco de 1000 Científicos 1000 Aulas, en el Liceo Marta Narea Díaz de Antofagasta se realizó la charla denominada “AnalíticaMENTE”, cuyo objetivo fue reconocer, aprovechar y potenciar la capacidad analítica que todo ser humano posee, aplicándola como una estrategia de lectura y comprensión de la realidad, según explica la filóloga clásica y académica especialista en humanidades y lenguaje de la UCN, Ericka Castellanos, quien lideró la charla.
“Las estrategias aplicadas son de utilidad potencial para cualquier asignatura, independiente del área de interés profesional futuro del estudiante, y para aplicar también en su vida cotidiana, haciendo uso consciente de su ‘Analítica-MENTE’”, detalla la experta.
En el desarrollo de la misma iniciativa, se llevó a cabo otra charla titulada “Fichas salitreras: valor de identidad más allá del objeto”, a cargo de la arqueóloga e investigadora, Nancy Montenegro, exencargada del área educativa del Museo de Antofagasta. La profesional manifiesta que el propósito de la actividad fue realizar una charla didáctica para que niños y niñas, por medio del juego, aprendan sobre un proceso socio-económico ocurrido en el periodo de la explotación del salitre, que repercutió en la economía de las personas y del país a nivel nacional e internacional.
“Este proceso social ocurrido durante la explotación del salitre, como recurso minero propio de nuestro desierto, tuvo la importancia económica y social tanto para la Región de Antofagasta como para el país, al igual que hoy lo es el cobre”, subraya Montencinos.
La arqueóloga agrega que es relevante que los estudiantes conozcan este tipo de temas porque forman parte de la “identidad nortina”. “Niños y jóvenes actualmente desconocen este concepto, y es necesario porque además son temas que forman parte de la educación formal de los distintos cursos. Por ello, por medio de estos juegos didácticos, ellos pueden aprender de manera lúdica los procesos sociales ocurridos en nuestra región, aprendiendo a querer su terruño”.
RELACIÓN CON LAS PERSONAS
El asesor científico del PAR Explora Antofagasta, Dr. Guillermo Chong, explica que las ciencias sociales y las humanidades están en relación directa con las personas, con el ser humano, con los sentimientos de la gente y con las relaciones entre personas. No obstante, resalta, que ambas hoy tienen una relevancia secundaria en la sociedad que está altamente dominada por la tecnología, la competitividad y el materialismo. “Cada día avanzamos más hacia una robotización por la sobrevivencia a la mayor velocidad posible. Quizás si la mayor importancia que puede otorgárseles (a las ciencias sociales y las humanidades) es que se las trate de llevar al plano de importancia que alcanzaron en el pasado”, opina el también geólogo, académico y director del Museo Geológico Profesor Humberto Fuenzalida de la UCN.
Considerando que es necesario ampliar la mirada a otras disciplinas como las ciencias sociales y las humanidades, y no quedarse solo con las denominadas “ciencias duras”, es que el Dr. Chong afirma que “las ciencias duras son una herramienta, inútil si no hay una mente que las cree y las use; y esas son las ciencias sociales, las humanidades y otras”.
En ese contexto, Ericka Castellanos afirma que la forma de ampliar la mirada es posible “al retomar el sentido integrador del conocimiento, interdisciplinario por definición”. “La propuesta concreta con la que he trabajado por décadas, es mediante el saber etimológico, ya que el origen y componentes de las palabras que usamos, y de manera especial de las nomenclaturas científicas, brinda una perspectiva que liga naturalmente un área del saber, lingüístico, con cualquier otro”, añade.
La académica enfatiza que la importancia de las ciencias sociales y las humanidades en la actualidad obedece, en primera instancia, ya que nos remiten a lo que nos define y distingue como humanos. “La capacidad de análisis y el pensamiento crítico a ellas asociadas son aún más indispensables en la actualidad, ante todo lo que implica el acceso casi indiscriminado a la información, porque permite no sólo una mayor comprensión y aprovechamiento de recursos sino un mayor control sobre todo lo que estos conllevan”, señala.
IMPORTANCIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y LAS HUMANIDADES
La arqueóloga e investigadora, Nancy Montenegro, asegura que los adelantos tecnológicos y las redes de comunicaciones que predominan provocan que “vivamos cada vez más distanciados unos de otros”. “Hoy es de vital importancia relevar los estudios y en ciencias sociales, a fin de crear conciencia y motivar las relaciones y conocimientos de las diversas sociedades actuales, con el propósito de entender nuestra sociedad y compartir nuestros conocimientos en beneficio de la humanidad”, puntualiza.
Por ello, es crucial que entidades como el PAR Explora Antofagasta estén constantemente generando iniciativas para que la comunidad se involucre con las ciencias sociales y las humanidades, con el objetivo de que comprendan su importancia para el desarrollo de la sociedad.
“Hay que incentivar, tanto en estudiantes como en profesores, el gusto por aprender, con estrategias de aplicación de lo aprendido en otras áreas del saber, con el entorno y con la vida cotidiana; y redescubriendo la relevancia que cada uno de nosotros tiene como sujeto activo del saber, dentro y fuera de las aulas”, finaliza la filóloga, Ericka Castellanos.
